Ana Luz Solís
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Juan Manuel Quintero Salazar, Gerardo Deanda Hernández y Consuelito Venancio Mesita tienen varias cosas en común: son de Comonfort, son artesanos y fueron los encargados de poner en alto el nombre de su municipio durante la FITUR, una de las ferias de turismo más importantes del mundo.
Por darle forma a la piedra volcánica para convertirlas en molcajetes y metates y por difundir las tradiciones otomíes a través de la cultura y las tortillas ceremoniales, ellos fueron algunos de los representantes que ocuparon sitios especiales para difundir a Guanajuato.
Su participación en la Feria Internacional de Turismo, en Madrid, España, fue crucial para traer al presente, las costumbres de nuestros antepasados y atraer al turismo a la tierra que ocupan.
Comonfort es uno de los principales productores de este tipo de piezas en el país y por ello formaron parte importante de la participación de Guanajuato en el evento internacional.
Labrar la piedra
Juan Manuel y Gerardo son dos guanajuatenses que mantienen vivas las tradiciones ancestrales al dar forma a la piedra volcánica.
Con esmero y cuidado crean molcajetes y metates que se usan hoy como parte de este renacer de la comida tradicional en el país.
El molcajete era un utensilio común entre grupos humanos dedicados a la agricultura y la artesanía, sobre todo en los estados del centro y sur de México.
Es un artículo elaborado en piedra de basalto (o volcánica) y se usa para la preparación de salsas y otros platillos triturando diferentes productos alimenticios como granos, especies y vegetales.
El término MOLCAJETE procede de la palabra nahuátl MOLLICAXTLI: molli (salsa) caxtli (cajete).
El metate, hecho igualmente de piedra basáltica, tiene la función de moler semillas y granos, como el maíz para hacer tortillas. Es una superficie plana con cuatro patas y una ligera forma cóncava, la llamada “mano del metate”
o Metlapil, que se utiliza como rodillo y también como mano de mortero.
Tortillas ceremoniales
Consuelito está orgullosa de sus raíces otomíes. Es originaria de la comunidad de Delgado de Abajo en Comonfort, Guanajuato y cursó estudios de Bachillerato y Trabajo Social.
La escuela no fue su única forma de aprender y se puso a buscar y estudiar todo lo relacionado con su lugar de origen y tradiciones, que ha transmitido a sus 4 hijos que además transmite en sus clases que ofrece en la Casa de la Cultura Chamacuero.
Actualmente, entre sus muchas actividades, rescata junto con otras mujeres el bordado antiguo, y con un maestro de lengua otomí, 19 adultos y 55 niños aprenden su lengua original.
Son las tortillas ceremoniales una de las tradiciones que la llevaron a España, para que ante operadores, prensa y funcionarios, expusiera la razón de las tintas, moldes y figuras que van impresas en cada tortilla.
Desde pequeña se dio cuenta que en su familia se hacían pero solo como ofrendas.
Hace 5 años aproximadamente en el Instituto Estatal de la Cultura comenzaron a investigar sobre las tortillas ceremoniales como algo artesanal y fue cuando se dieron cuenta que representaban algo más, pues los moldes con los que se sellan tienen mensaje, cuentan historias y tradiciones de sus ancestros.
Para que no se pierda esta tradición se han montado talleres sobre las tortillas ceremoniales para enseñar a los niños desde la historia del maíz, su proceso para la masa, los sellos y tintes naturales para pintarlas. Es todo un arte.
Consuelito Venancio, una tradición viva y orgullo de Comonfort, fue una de las dignas representantes de las tradiciones de Guanajuato que, junto con Juan Manuel y Gerardo, difundieron a México ante el mundo.
