Redacción
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CON INFO DE Ana Gaby Hdez.
Cada que se acerca el fin de año, en la casa de la familia Almanza aumenta el trabajo. Reparan manitas, retocan pintura, madera y rostros de imágenes religiosas que ésta época decembrina salen para unir a las familias.
Pero un poco de ese tiempo lo utilizan para colocar ese nacimiento de tamaño natural que cada año ocupa el kiosco de la ciudad, aunque este año la figura de un venadito haya desaparecido este año nomás lo colocaron en el jardín.
Este año se cumplen 40 años que la tradición de don Genaro Almanza comenzó, aunque esas 4 décadas les tocara vivirlas con una figura de aquellas con que Don Genaro, el reparador de Santos e imágenes, les enseñó a hacer.
Pero los años dejaron esa enseñanza en María de los Ángeles, Miguel Agustín y Lucía Abigail Almanza Arvizu quienes ahora son los encargados de crear esculturas y restaurar imágenes dañadas, lo mismo que trabajan pintura y cerámica.
Ellos son los encargados de colocar el nacimiento en el Kiosco del Jardín Principal , una misión que asumió la familia desde hace 40 años.
A la vista de miles de personas que pasean en el jardín principal se expone la creatividad y el talento de los hermanos Almanza Arvizu, crear y reparar esculturas religiosas es su vocación, pero también un oficio que ha trascendido por generaciones en la familia y que comenzó con su abuelo, Donato Almanza y continuó su papá, Don Genaro Almanza Ríos.
«Este año es la instalación número 40. Después de mi papá fue que mis hermanos y yo tomamos el nacimiento. Fue a partir del 2010 que nosotros asumimos la responsabilidad por completo. Ya cumplimos 7 años», dice Ángeles.
«Un Santero de nombre José Rodríguez era el encargado de poner el nacimiento hace muchos años. Él también trabajaba la escultura y fue discípulo de mi abuelito. En el año de 1978 enfermó y mi papá se hizo cargo de cuidarlo. Como don José ya no pudo instalar el nacimiento le dijo a mi papá: ‘Pues ahora encárgate tú de hacerlo y también de hacer las esculturas’. Porque las esculturas originales que José tenía se las recogieron del Templo de Santa Ana».
A los Almanza les apasiona tanto su trabajo que aseguran, que mientras ellos puedan, continuarán siendo los artistas que vistan el escenario del nacimiento del jardín principal en cada Navidad.
«Vamos a seguir con esto porque esa era la voluntad y un gozo de mi papá y para nosotros también lo es, nos da mucho gusto participar, porque él decía que de esa manera se hacía un tipo de homenaje a nuestro pueblo, que lo embellecíamos en tiempo de Navidad», dice Ángeles.
Ellos están decididos y destinados a continuar la tradición familiar que inició su abuelo y que ahora heredarán a sus hijos.
Josué es un vecino de la familia Almanza Arvizu y desde hace 2 años que ayuda a Ángeles, Miguel y Lucía a reparar los santitos.
«Él le entró a esto en diciembre del 2015, teníamos mucho trabajo, teníamos que terminar pronto un Arco que nos habían encargado en Silao y teníamos el tiempo encima, lo invitamos y le agradó, sigue viniendo a hecharnos la mano», explica Ángeles.
La técnica empleada en las esculturas expuestas en el nacimiento de esta Navidad es de media talla: «o sea que se tallan los pies, las manos, se talla la cara y el resto del cuerpo se cubre con una especie de tela y una pasta especial que se modela. Es muy laborioso pero nos gusta y disfrutamos mucho hacerlo».
Una estatua de tamaño natural tardan de dos a tres meses para terminarla: «depende el tiempo que invertimos y sobre todo el tipo de técnica que aplicamos en ésta. La técnica de la media talla es más rápida que la técnica de talla completa», asegura Ángeles.
Es diciembre el mes con más trabajo para la reparación de esculturas, la mayoría son para personas de comunidades y de otras partes de Guanajuato.
«En este mes tenemos mucho trabajo de restauración, este año tenemos como unos 50 niños Jesús y la semana pasada estuvieron llegando muchos. La Virgen de la Inmaculada Concepción está siendo preparada para aplicarle hoja de Oro en la Línea Blanca, debe estar lista para el mes de enero del 2018, me la encargó un sacerdote de Silao».
En los Almanza hay 6 hermanos y aunque no todos están en el taller, la mayoría llevan en la sangre el darle forma a las esculturas.
«Lilia trabaja en la Casa de la Cultura, ella da clases de cartonería. Paty y Toño, pero él está en Río Verde», dice Ángeles, y su mamá, Doña Amelia Arvizu, les ayuda a preparar las cosas del nacimiento desde con tiempo.
Pero este año el trabajo de los Almanza «alguien» decidió llevarse una imagen y fue así que un venadito hecho por la familia desapareció.
«Estaba muy bonito, yo le decía a Miguel que no lo pusiera porque lo podían agarrar y llevárselo. Nunca había pasado que agarraran cosas, pero sí suele pasar que las desacomodan o las rompen, la gente ha de decir: al cabo ellos las reparan», dijo Ángeles.
Ahora un policía vigila más el lugar y ayudan a que la gente no toque las cosas del nacimiento o romperlas, «ya que para ellos son objetos de gran valor que deben tener una reutilización».
Así que si tienes un tantito que requiera reparación y andas en buscando alguien que lo deje como nuevo puedes darte una vuelta con ellos, su taller está ubicado en la calle de Tenerías #18 esquina con Zacateros.