Redacción
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Cuando el sol estaba a tope y un montón de gente paseaba en el Mirador de la Salida Real a Querétaro, uno de los sitios con mayor atractivo en San Miguel de Allende, un hombre sacaba un arma y con tiro certero daba en el tórax de un hombre que terminó impactando su auto en una pared.
En San Miguel de Allende su gente estaba de fiesta, este es el fin de semana en que celebramos a San Miguel Arcángel y apenas concluíamos la fiesta en honor del Arcángel que es el justiciero celestial y líder de los ejércitos de ángeles, en ese Mirador turístico un hombre moría a balazos, luego de que le dispararon desde otro auto.
Fueron las mismas personas las que asistieron al hombre que creían herido, para de inmediato darse cuenta en el lugar, que el hombre que vieron pasar centésimas de segundo antes y que conducía ese auto color oscuro, había muerto frente a ellos.
«No puedo ignorar que en plena fiesta de San Miguel de Allende me toque ver a un ca…. disparándole a otro y caer muerto ¡Qué impacto! ¡Qué nivel de violencia!», dijo uno de los testigos que caminaba por el lugar, escuchó los balazos y corrió para ver lo que ocurría. Vio un auto atravesado en la pequeña avenida y dentro, un hombre que sangraba de su pecho.
«Todo fue muy rápido. Todo fue sorpresivo», dijo, para luego ver que el auto desde el que le dispararon al hombre huía por la calle Piedras Chinas perdiéndose entre la fiesta que teníamos los sanmiguelenses.
En la sorpresa marcaron los teléfonos pidiendo ayuda y un patrullero que andaba ahí por la tienda de Pollos se acercó en una moto para hablarle a sus compañeros en turno.
Esta vez la calle sí la cerraron y por la cantidad de personas que reportaron el hecho, los agentes de investigación sí lograron llegar. Pusieron cintas y desviaron el tráfico para poder tomar las indagatorias.
Una de las calles más circuladas de la Ciudad Patrimonio, en un día lleno por la fiesta en el Pueblo, con gran cantidad de visitantes observando a San Miguel de Allende desde el Mirador, un hombre moría por las balas con tiros certeros y mientras él fallecía, los que lo vieron todo también «morían», pero de miedo.