Redacción
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Con info de Ana Gaby Hdez.
Concepción Romero es comerciante y tiene una purificadora de agua, un negocio que desde hace 3 años imaginó y logró construir.
«Uno va desempeñando diferentes labores y te vas desarrollando en otros aspectos profesionalmente, pero llega un limitante en el que no te dejan avanzar, es como un tope y dices ‘NO’, entonces quieres tener algo más o algo propio más que nada, generar un proyecto no solo para ti sino para la demás gente también, que sea un pilar que aporte algo a la sociedad», dice Concepción.
Pero conseguir el equipo para purificar el agua y repartir los garrafones entre sus clientes, no fue fácil.
«Al principio investigando sobre lo más productivo, algo por lo que podía subsistir, la mayoría de mi familia se dedica al agua y pues de ahí aprendí».
Su familia se dedica a los transportes de agua y su papá tiene 40 años trabajando en Transportes Romero.
Antes de emprender su proyecto llamado ACQUA Vita, Concepción era empleada federal, trabajaba en la Secretaría de Hacienda en el área de aduanas.
Actualmente, la joven de 33 años dedica 10 horas de tiempo a su proyecto.
Se levanta a las 7:00 de la mañana, se va a trabajar, llega y abre su local que se encuentra en la Colonia San Luis Rey. Si tiene pedidos, Concepción llena la camioneta de garrafones con agua y si no empieza a limpiar para sacar el trabajo del día. Una vez lista, se pone su faja, sube a su camioneta y se va a repartir. Su jornada termina a las 8:00 de la noche.
«Es un trabajo pesado pero con mucho trabajo y esfuerzo se puede hacer. No es algo que porque te digan que eres mujer no lo puedes hacer, eso es lo de menos. Hay muchas personas, en mi caso clientes o clientas, que te dicen que te busques a un hombre para que te mantenga y para mí es una frustración escuchar eso de una mujer. Una mentalidad tan absurda, es algo con lo que se supone que estamos luchando para tener algo mejor como sociedad, pero bueno, tomar lo bueno y lo demás desecharlo ¿No?», destacó la joven.
