Redacción
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No cualquiera puede darle forma al papel porque se necesita de una técnica especial que pueda transformar una simple hoja en una obra de arte.
Pero éste artista lo aprendió de don Genaro Almanza, el curador y creador de imágenes religiosas,que se convirtió en su maestro padrino. Así fue como Hermes Arroyo lo aprendió, tanto que sus obras llegaron el año pasadaoal Vaticano, lugar donde el Papa Francisco admiró lo que sus manos son capaces de crear.
Hoy el maestro Hermés Arroyo presume en el templo del Oratorio un nacimiento, que promete que cada año crecerá para que los turistas, fieles y sanmiguelenses disfruten y sientan las fiestas.
En colaboración con su familia y amigos, este año colocaron un gran pesebre en la entrada del atrio del templo: «Desde hace un año yo traía la intención de ofrecerle a San Miguel un nacimiento, como parte de lo que yo hago. Desde niño estuve en el Oratorio, mi padrino Don Genaro Almanza, nos inculcó mucho eso de acercarnos a la iglesia, él hacía esculturas religiosas, no trabajaba tanto con el cartón pero aprendí de sus obras. Desde que tenía 8 años estuve cerca de él y ahí aprendí a hacer mis esculturas».
Asegura que los nacimientos son una de las obras que más llaman su atención. Fue precisamente un nacimiento en casa de Don Genaro el que lo llevó a acercarse a sus obras cuando él era un niño.
«Estábamos en la escuela con su hijo Toño y él nos llevó a ver su nacimiento porque él llevó el niño Dios al colegio. Mi padrino me invitó a aprender y los sábados me iba a su casa para ayudarles. Yo empecé a crecer con ellos».
El nacimiento creado en el atrio del Oratorio fue colocado el pasado fin de semana por Hermes, su familia y amigos, es el primero de muchos que él espera hacer cada fin de año.
«Tengo la intención de hacer el nacimiento en el Oratorio año con año para irlo creciendo. En éste participaron mi amigo Antonio Salazar, mis hermanos, Alfredo, Claudio y su familia también porque ellos fueron a instalarnos la luz. Más que una inversión, lo hago por agradecimiento dedicado a Dios», dice el artista.
«Hace un año ya traía la idea de hacer éste nacimiento, le platiqué al padre que estaba en aquel entonces, y me dijo que planteara bien la idea y después le dijera y lo hacíamos. El nuevo sacerdote me dijo: pásale Hermés, bienvenido, si el Papa tuvo un nacimiento, si el Vaticano luce uno de un sanmiguelense ¿por qué el Oratorio no tiene uno?».
«Yo soy devoto del nacimiento del niño Dios y del niño de Belén. Voy a ponerme a trabajar duro y hacer muchos santos, hice 36 para el nacimiento del Jardín en Querétaro y ahora hay 50″.
El nacimiento, que tardó 5 meses en crear, está en lo alto del Oratorio para que todo mundo lo vea: turistas, la gente que sube al urbano, nuestra gente de San Miguel.
«No quise dejar a San Miguel sin tener un pequeño pesebre. Ahorita tiene 4 piezas pero espero un día tenga unas 20, con escenas de gente que lava la ropa o la señora que carga el agua, con gente en un nichito. Si el padre me lo sigue permitiendo y si está bajo mi alcance, me gustaría poner en toda la orilla del muro, alrededor plataformas de distintas escenas, también los Reyes Magos, el Ángel con los pastores y la Estrella, etc.».