Olimpia, la joven que luchó por cambiar las leyes de un país para castigar, con cárcel, el acoso digital

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

CDMX.– ¡Por fin!, el Senado aprobó la llamada Ley Olimpia, una ley para tipificar diversos delitos relacionados de acoso digital, en particular en lo referido a la difusión de contenido íntimo y sexual.

Ahora, aquellos que compartan tus fotos, videos y conversaciones con contenido sexual y privados, o que veas que una foto tuya anda rondando por los teléfonos sin que tú lo hayas consentido, puedes denunciarlos y quien lo hizo, podría ir a la cárcel... hasta 6 años y más para ser específicos.

Las penas establecidas van de los 3 a los 6 años de cárcel y una multa económica.

Las sanciones pueden aumentar hasta en una mitad cuando el delito sea cometido por el cónyuge o pareja, por cualquier persona con la que la víctima tenga o haya tenido una relación sentimental, afectiva o de confianza, o por un servidor público en ejercicio de sus funciones.

La Cámara alta aprobó con algunas modificaciones el dictamen propuesto por la Cámara de Diputados, a donde ahora volverá el texto para extender a nivel federal una ley que la mayoría de estados del país ya habían aprobado con diferentes sanciones.

Pero ¿sabes por qué se llama Ley Olimpia? La historia de su nombre surge del caso de una chica llamada Olimpia Coral Melo Cruz, que entonces tenía 18 años cuando un video sexual acabó con su reputación de «niña bien».

Su lucha por la ley empezó en 2014 en el estado de Puebla.

Su novio, con quien llevaba 6 años y con quien había hecho el video, pero que no se identificaba en el mismo, negó que fuera él quien lo divulgó… pero era el único que lo tenía.

Gracias a lo que hizo el novio de Olimpia, su cuerpo fue conocido por la gente de su natal Huachinango, Puebla, porque el video comenzó a rodar por WhatsApp y las redes.

Ese día su intimidad era utilizada para dañarla.

Esta jovencita que llamaron «la Gordibuena de Huauchinango», una forma despectiva de definir al cuerpo de una mujer con curvas, se encerró en su casa por 8 meses e intentó suicidarse en 3 ocasiones.

El novio, claro, la dejó sola .

Un periódico local difundió su historia y ahí terminaron por cerrar la historia de la «chica quemada en las redes sociales«… ese día hicieron negocio con el cuerpo de Olimpia.

Olimpia narró a BBC que desde entonces, sus redes sociales se llenaron de solicitudes de hombres que pedían sexo.

Su mamá, una mujer de origen indígena y con poco acceso a las redes no sabía lo que le estaba pasando, hasta que un día un hermanito llega a casa, avienta el teléfono a todos y dice: «Esa que sale ahí es Olimpia».

Mi mamá se puso a llorar. 

Fue el día más triste de mi vida. Yo me abalancé a los pies de mi mamá y le pedí perdón de rodillas a ella y a toda mi familia. Me sentía culpable. 

Les dije que quería morirme, que me ayudaran a morirme. 

Pero mi mamá, una mujer de una comunidad indígena que no había terminado ni la educación secundaria, que no sabe ni escribir, me sorprendió. 

Me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos: «Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a tí te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente».

«Mi mamá se puso a llorar. Fue el día más triste de mi vida. Yo me abalancé a los pies de mi mamá y le pedí perdón de rodillas a ella y a toda mi familia. Me sentía culpable.

«Les dije que quería morirme, que me ayudaran a morirme. Pero mi mamá, una mujer que no había terminado ni la secundaria, que no sabe ni escribir, me sorprendió cuando me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos:

«Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a ti te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente».

«Ahí conocí la sororidad, que las mujeres somos muy poderosas».

«Soy consciente de que no todas las jóvenes tienen la ventaja de tener una madre como la mía, que me apoyó en esos momentos tan duros. La mayoría son rechazadas por sus familias, en sus centros de estudio o trabajo por el simple hecho de tener una vida sexual.

«Mi madre desconectó el teléfono y el internet de la casa. Me protegió del mundo exterior. Me hizo saber que ahí dentro estaba segura».

El Segundo Viacrusis para OLIMPIA fue con las autoridades, cuando intentando acceder a la justicia y el oficial encargado de atenderme pidió ver el video. Y empezó a reírse.

«Por primera vez alguien lo veía en mi cara y yo veía cómo me sabroseaba. No estabas ni borracha, ni drogada, ni te violaron. De acuerdo al Código Penal no hay delito», le dijo.

Eso le hizo no abandonar la lucha y comenzó a buscar a otras víctimas exhibidas en internet y juntas se convirtieron en sus propias defensoras y activistas de una misma causa.

Nunca pararon y ahora la ley integral son 3 reformas. Implica que se reconozcan los delitos contra la intimidad, o sea la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; el ciber acoso, que es violencia sexual en internet y por último, la ley de acceso.

Esta última es para que las instituciones se concienticen sobre cuales son los derechos sexuales y qué es la violencia y que lo hagan saber a los ciudadanos.

«Muchos creen que sexting es la violencia. Pero están equivocados: el sexting es un derecho sexual. El delito es compartirlo sin consentimiento.
Independientemente que lo acepten moralmente o no, las instituciones deben decirle a los jóvenes cómo tener una vida online sexual segura.

Después de años de intentos, la ley se aprobó en Puebla y ahí a todo el país.

Hoy Olimpia no es más «la gordibuena». Ahora su nombre se asocia a una Ley que defiende a toda persona que es víctima de los abusos en Internet.

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