#RelatosDeCalle… Y el telar que acabó con la Abundancia de las mujeres de San Miguel

Relatos de Calle

Columna de La Pau de San Miguel

newssanmiguel@gmail.com

Foto: del Artículo de Irene Barrios/ VICE

 

 

Ayer leí un artículo muy interesante sobre el muy mentado Telar de la Abundancia, también llamadas  Tejedoras de Sueños, Flor de la Justicia y la conocida Flor de la Abundancia y debo decir que la primera frase que pensé fue: «LO SABÍA».telar

Sí, sabía que era una mentira en el que cientos de mujeres de San Miguel de Allende cayeron y se la creyeron cual quinceañeras con su primer novio. Pero hay algo que te voy a confesar y es el cómo fue la invitación que me hicieron y que, como toda una ganadora, no caí (esa experiencia se gana a pulso tras varios novios fallidos).

Bueno, pues ahí te va: la primera invitación la hizo una compañera querida, respetada, a la que ya habían logrado convencer de que no había mejor manera de ganar dinero, que dándole dinero a otra mujer, la cual a su vez le había dado su dinerito a otra más y a otra y a otra y otra, convirtiéndose esto en un cuento de nunca acabar.

Cuando esta buena amiguita me habló, yo estaba en un cafecito muy mono de allá por el centro, justo sobre la calle de Correo, sentada tranquilamente mientras checaba a detalle el Facebook, Twitter, Snapchat e Instagram de mis amigos y de uno de tantos intentos fallidos de mi vida.

De pronto el ring del teléfono sonó y después del «Bueno», aquí viene lo mejor:

«¡Hola amiga! ¿cómo estás?» contesté amablemente hasta con una sonrisa que parecía que me estaba viendo por el teléfono.

«Bien ¿y tú? Sólo hablaba para hacerte una invitación a un proyecto padrísimo, donde sólo las mujeres pueden entrar. Son mujeres empresarias, con liderazgo, poderosas, fuertes, audaces, con muchas ganas de crecer y emprender…», justo al terminar la frase de quien es una agradable compañera pero no amiga, mis ojos de «¿y esta jalada qué…?» pudo detectarlos la pareja que estaba en la mesa de enfrente.

Seguí tomando mi café, porque las redes ya no las pude seguir checando, y como eso de ser buena gente a veces se me da, dejé continuar su bien trabajado discurso y lo hizo así: «De verdad, es un tema al que sólo las mujeres poderosas (como las de Forbes, pensé) pueden entrar, donde tejes sueños y metas. Sólo es cuestión de confiar», me dijo. Esa fue la gota que derramó el vaso e hizo más fuerte el halo de la desconfianza.

Luego de que la dejé concluir su speech, como el que se aventó la noche de ayer Donald Trump, comenzó entonces la hora de preguntas y respuestas: ¿quién está en eso? ¿a quién más invitaste? ¿dime bien de qué se trata? si dices que unen talentos ¿es algo así como unir las almas y la mente en un solo corazón? (una frase que me aventé y hasta se me antojó para una canción) y después de darle vueltas y vueltas soltó lo que yo quería escuchar: «Es reproducir dinero, en dos semanas, tú ya casi serás RICA».

¿Que queeeeeeeeeeé?, me dije en mi interior, con ese grito apagado que no pude sacar porque los de al lado no dejaban de mirar, al mismo tiempo que quería morir de risa.

Escéptica como soy y con el sarcasmo puro que me caracteriza (y aunque a varios no les gusta porque es algo que traigo de nacimiento)  le dije:

«Amiguita, te explico: hoy en día, creer aún que el dinero alguien va a venir a regalártelo es una falsedad que solo la gente ignorante cree; segunda, ten cuidado, porque eso suena a fraude y podrías perder mucho si no que es que todo, y tercera, cuando quieran esas mujeres hacer algo padre por la gente, la ciudad o cualquier otra cosa buena, entonces sí échame un gritillo, porque en eso, sí las acompañaré».

Mi compañerita-casi amiga sólo dijo gracias, no sin antes dejar en claro que esto no lo podía saber nadie, que era un secreto, que sólo las mujeres lo podíamos saber…

Después de esa primera llamada recibí otras dos igual, invitándome a un desayuno y otra a una reunión de amigas a la que decidí ir sólo para ver quiénes estaban ahí.

¡Acertasteeee…! varias caritas conocidas pude ver y saludar, todas lindas y coquetas cual señoras de Las Lomas que presumen su nuevo bolso Louis Vuitton o sus zapatos Louboutin para caminar por las empedradas calles sanmiguelenses.

Y no, no caí, pero sí conozco a varias (por no decir a muchas) que se quedaron atoradas en el nivel tierra-aire-fuego y del que ya no pudieron salir ni recuperar esa lana que invirtieron sin que sus hombres lo supieran (¡upssss!).

Fue una tristeza ver que mi amiguita-compañera sufrió las mismas consecuencias y por eso este fue el tema que elegí para iniciar esta columna de aventuras de calles y sitios que son de interés para San Miguel, Celaya, León, Pozos, San Luis de la Paz, Vallarta,  México o de cualquier parte del mundo que pisemos o conozcamos.

Por hoy es todo y me despido, no sin antes compartirte la liga del artículo escrito en Forbes por Irene Barrios quien detalle a detalle, relata lo que vivieron las mujeres en San Miguel de Allende, así como el artículo de un hombre que hasta ofrece recompensa para encontrar a la Mujer Agua que corrió con todo y lana cual río en plena temporada de lluvias.

Besitos muchos y aguas con las flores, que no todas son tan bellas como las pintan.. Ahí te ves y luego nos escribimos

Atentamente:

La Pau de San Miguel…

PD: (Se aceptan sugerencias de temas, escríbeme al mail de newssanmiguel@gmail.com)

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Los artículos QUE TIENES QUE LEER: 

  • Ella es Irene Barrios y te dice desde FORBES cómo defraudaron a las mujeres sanmiguelenses

El telar de la abundancia: lavado de cerebros y amenazas

 

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Comments

mambru

Hahahaha al platicarme acerca de esto mi hermana y ver como una conocida «invitaba» a mi esposa via inbox de facebook a esta irresistible experiencia de inversión mágica exclusiva para mujeres tuve un flashback hacía los 70´s y como la gente timaba a otros con una paca de supuestamente billetes envueltos en pañoleta y pues desgraciadamente unas cayerón porque «confiarón» en quienes fueron engatuzadas por otras «conocidas» pero aquí no tuvo lugar ver el grado de estudio o la educación sino la ingenuidad y la comodidad de ganar fácil.

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