Alfonso Bullé Goyri
San Miguel de Allende desde hace décadas se ha constituido en un centro de cultura de interés tanto nacional como internacional. A pesar de que la Universidad de Guanajuato no se ha decidido a abrir un campus en San Miguel, la comunidad sanmiguelenses ha hecho esfuerzos importantes por mantener e impulsar iniciativas que emergen de la sociedad organizada. La comunidad extranjera en este sentido ha sido muy dinámica lo que le ha permitido a todo el pueblo de San Miguel beneficiarse de es- ta presencia bien estructurada. Con un particular interés por la música culta, por el jazz y otras manifestaciones musicales que en esta población del Centro del México se han consolidado y forman ya parte de una tradición. Cabe apuntar, entre otros, el festival de Música Barroca, el de Cuerdas, el de Cámara, el de Jazz, y el de Música Cubana, que despierta el interés de me- lómanos no sólo de México sino de toda la República. Una gran cantidad de músicos invitados así como por los ensambles y grupos nacionales, locales e internacionales que acuden al llamado de sus organizadores, son la prueba de la energía y vigor de la comunidad.
En el terreno del cine, San Miguel particularmente ha logrado llamar la atención. Cuenta con uno de los festivales más interesantes, de abolengo y de altísimo nivel en todo el país. Nacido como un espectáculo cinematográfico dedicado al cortometraje, de ahí el nombre que adoptó, Festival en Corto que con los años vino a recalar como un festival de gran envergadura. El Giff (Guanajuato Internacional Film Festival) hoy convoca a cineastas y cinéfilos de todo el país para disfrutan de grandes cintas que de otra manera sería difícil ver en los circuitos de las grandes cadenas de exhibidores.
San Miguel cuenta con un centro de cultura de enorme interés que es el Sindicato, una de las iniciativas ejempla- res que debería replicarse en otras ciudades del país por su originalidad. El esfuerzo que sus animadores han realizado por décadas, permitieron consolidar un espacio cultural de asombrosa vitalidad que con- voca a niños y adultos por igual, de todas las clases sociales de la localidad. En sus instalaciones se promueve cine, teatro, con frecuencia conciertos de mú- sica de todo género, presentaciones de libros, recitales de poesía, conferencias de los más diversos tópicos. El Centro Cultual El Sindicato también brinda clases de música, de danza, programas para niños y, en fin, hay que destacarlo, el círculo de actividades de un centro análogo, capaz de reunir tantas ex- presiones, con tanto éxito y con muy escasos recursos.
La Biblioteca Pública de San Miguel, con sus diversos servicios, es otra de las venerables instituciones culturales del pueblo. Además del Teatro Santana que con frecuencia tiene puestas en escena interesantes, conferencias y recitales de música, ofrece el servicio de una pequeña gran biblioteca con un acervo sugestivo especializado en arte e historia de México tanto en inglés como en español. También atienden a niños, a los que convocan para muy diversas actividades: clases de inglés, de computo, de artes plásticas. La sala de la biblioteca bien acondicionada es visitada regularmente por adultos amantes de la lectura, así como estudiantes de secundaria y de preparatoria de la ciudad. Ofrece muy diversos servicios a la comunidad extranjera y constantemente promueve eventos que dinamiza la vida cultural en la ciudad.
No hay que olvidar el Centro Cultural el Nigromante, recientemente restaurado por el INAH que cuenta con un catálogo interesante de actividades. Sus espléndidas instalaciones admite talles de artes plásticas, de música y teatro, así como sus amplias salas dispuestas para acoger importantes muestras de artes plásticas. Un espacio austero, de valor arquitectónico y tradición cultural. Desde el Nigromante la voz de la cultura adquiere eminencia y dignidad.
El teatro Ángela Peralta se constituye en un recinto cultural donde se han presentado importantes ensambles de cuerdas, grupos musicales de los más heterogéneos géneros y que siempre mantiene un elevado nivel de calidad. En su foro han actuado artistas y dramaturgos de corte internacional. Es un espacio pequeño, lleno de tradición y con una audiencia cautiva que lo mantiene con alto nivel de aforo.
Hay que advertir que el Charco del Ingenio es un jardín botánico de calidad suprema que ha logrado sobrevivir gracias a la tenacidad y decidida entrega de sus animadores y que a pesar de las agresivas intervenciones de desarrolladores inescrupulosos y de gobiernos municipales indolentes, ha logrado sobrevivir con un nivel de excelencia óptimo. Es un centro de investigación de reconocido prestigio que con frecuencia convoca a expertos de todo el país a participar en coloquios, conferencias y actividades de carácter científico que llama la atención de autoridades en la materia de todo el mundo. Considerado el Charco del Ingenio como el segundo jardín de cactáceas del país, este espacio de excepción es una atracción de sorprendente interés que es obligada su visita por los turistas cultos que visitan la localidad.
Todo este conjuntos de sitios y de eventos culturales, deben enmarcarse dentro de un pueblo, de una comunidad que cuenta con un muy nutrido calendario de fiestas po- pulares a las que convocan los lugareños y que constituyen una manifestación de cultura popular de maravilloso vigor. Sus fiestas atrae a la comunidad más sencilla de los barrios, con una piedad conmovedora y que expresan la alegría de sus cultos y la sincera honestidad de sus creencias en santos e imágenes sagradas. Son fiestas antiguas, de una elegancia exquisita, expresiones arcaicas que de pronto recuerdan a un México de otros tiempos pero que también da la impresión de incitar a aquellos espíritus que parecían desvanecidos en el imaginario colectivo y que sin embargo, año a año dan prueba de su vigencia en este pueblo mágico.
No por una casualidad San Miguel de Allende fue designado hace algunos años por la UNESCO como ciudad patrimonio de la Humanidad y, recientemente, como la mejor del orbe para radicar, una distinción gestionada por una organización neoyorkina y que las autoridades municipales, con sobrada razón, ha promocionado para incrementar el turismo que es fuente importante de divisas.
Es, en resumen, un pueblo fascinante que en un espacio territorial reducido y con una densidad de poco más de 140 mil habitantes brinda una oferta cultural intensa. Cuenta con una gran cantidad de galerías de arte y la Aurora, el Centro de Arte y Diseño que cumple 10 años de fundado, es un recinto que alberga a más de 50 espacios con galerías de arte, antigüedades, despachos de arquitectos y talleres de artistas que asegura al visitante el encuentro con expresiones artísticas del más alto nivel.
En breves trazos hemos he- cho un viaje por el mundo de la cultura nacido de la sociedad y con escasos apoyos guber- namentales. Las autoridades de los diversos gobiernos poco han entendido la dimensión e importancia de los servicios culturales, concentrando su interés en proyectos que muchas veces dañan el medio ambiente y la calidad de vida de sus habi- tantes. El hecho mismo de esta oferta cultural nacida en el seno de la sociedad es prueba de la fuerza que fermenta en su interior orientada a procurarse un sano esparcimiento. Ello debería hacernos suponer que las autoridades actuales tan activas deberían estar más comprometidas e interesadas en desarrollar proyectos e industrias culturales.
Este tipo de iniciativas apoyadas por el Estado sin duda cautivan el interés de un segmento de población de alto rango por su educación y cultura. Por tanto no deberían desa- tenderse todos estos proyectos y muchos otros que están en el aire y que fácilmente pueden desarrollares con rapidez, sobre todo en estos momentos en los que se habla tanto de la reconformación del tejido social y de la cultura como servicio de alta eficiencia en benefi- cio de una población urgida de buenas noticias.