Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Ayer por la noche, una tragedia ocurría en la comunidad de Cerritos, cuando un hombre armado disparó contra una camioneta que llevaba a una familia de de regreso a casa.
Las balas fueron muchas, los testigos no supieron cuántas, pero dos de ellas dieron en el cuerpo de Jesús y de Uriel, dos niños de 11 y 9 años de edad que les provocaron fuertes heridas.
Los niños fueron llevados al Hospital y justo ahí, Jesús, el de 11 años, moría por la bala que cayó justo en su corazón. Uriel está herido con una bala alojada en su espalda.
Testigos de los hechos narraron que todo ocurrió cerca de las 8:30 de la noche, cuando al menos 6 personas viajaban en la camioneta luego de ir de visita con un familiar.
Fue en el camino de Lira de Bocas donde se toparon con un hombre al que identificaron como José Carlos, que dicen, es el mismo el pasado mes de diciembre participó en una riña que dejó una persona muerta y 2 lesionados en la misma comunidad. Aún sigue libre provocando problemas en la comunidad, señalan.
Así que, al verlos pasar, el hombre que describen de aproximadamente 20 años de edad, sacó el arma de entre sus ropas y disparó contra ellos, provocando que Jesús cayera de inmediato sin vida y Uriel con heridas que ponen en riesgo su vida.
Según el parte oficial de la Fiscalía del Estado, personal del hospital recibió a un menor de edad lesionado por arma de fuego, quien después de llegar al nosocomio murió mientras era atendido.
La bala que este hombre lanzó contra ellos, entró por su brazo y atravesó todo su torso, generándole daños imposibles de sanar en su corazón. No resistió y murió en la cama del hospital.
Mientras tanto Uriel, de 9 años, también lo recibieron en el Hospital, pero como al parecer les dijeron que no podían sacar la bala, lo trasladaron a una clínica particular.
De los datos recabados por Agentes de Investigación Criminal, indican que los hechos ocurrieron en la comunidad de Cerritos.
La Unidad Especializada en Investigación de Homicidios lleva a cabo las indagatorias para esclarecer el mecanismo de hechos e identificar al inculpado, señala el parte oficial.
La familia, al estar realizando los trámites para la entrega del cuerpo y la petición de justicia, recibió por parte del personal de la Fiscalía la frase: «Ni espere que pronto se resuelva, aquí no hay ley», mientras los padres lloraban al saber que Jesús, ya no podrá terminar la primaria porque la un hombre armado decidió que era el último día para que el niño viviera.