Ana Luz Solís
Hay un postre típico de San Miguel de Allende que ha engalanado no sólo las fiestas de las familias, sino también las cenas y comidas organizadas en el Gobierno del Estado y la Presidencia de la República.
Se trata de una deliciosa oblea enrollada y cubierta de azúcar glass con canela que se ha convertido no sólo en un postre que ha maravillado a quienes lo prueban, sino en la “sensación” de las fiestas desde hace mucho tiempo: El Tumbagón y la rosetilla.
Su pasta parece la de un buñuelo, pero la creación netamente artesanal lo convierten en un favorito, principalmente en las reuniones donde se celebra una primera comunión o un bautizo.
Enedina del Carmen Correa Sánchez es quien se decidió a no abandonar su labor de hacer que el postre ya identificado con San Miguel de Allende se pierda, por lo que junto con su familia, se ha dedicado a preservar la tradición y surtir todos los pedidos que le hagan.
Fue su mamá doña Antonia Sánchez la que durante más de 7 décadas se dedicó a endulzar los paladares de sus clientes con los tradicionales tumbagones, los cuales incluso la llevaron a ganar un premio por su lucha y fomento del dulce.
Actualmente distribuye sus dulces por algunas cafeterías, pero principalmente realiza diversos pedidos para quienes vienen a San Miguel y lo prueban.
“Tenemos clientes de Querétaro, del DF, de León, Irapuato, de otras ciudades que me llaman y luego ya mandan por ellos. El dulce lo sirven como postre de sus reuniones e incluso hasta los dan como regalo en algunas reuniones”.
Indicó que durante los meses de diciembre y mediados de año, los pedidos se incrmentan considerablemente, lo que le permite administrar el tiempo para cumplir todas las solicitudes de dulce que le hacen.
“No me gusta quedar mal, como muchos de mis clientes son de fuera, me interesa que a la hora que les digo que están listos, sea la hora en que pueden llevárselos”, dijo doña Enedina.
El negocio familiar forma ya parte de los negocios de cocina tradicional, la misma que tiene como objetivo el fomentar las tradiciones de la tierra.
“El dulce viene de una receta francesa, pero aquí le dimos el toque especial de la tierra, tanto que ahora forma parte de la identidad de San Miguel de Allende”.
El sabor de sus postres han tenido tanta aceptación que en la toma de protesta de Vicente Fox como gobernador y como Presidente de la República, se han servido los tradicionales tumbagones.
“Han llegado hasta Los Pinos y gente de las altas esferas políticas los han probado, así que de eso, me llegan cada vez más clientes”.
Doña Enedina reconoce que es una tradición que no dejará morir, que es su herencia y que la continuará ahora con sus hijos, que son quienes a diario aprenden del oficio que ha puesto el nombre de San Miguel en todo el país.