Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. – En este miércoles de ceniza, los fieles de la iglesia católica en San Miguel de Allende acuden a su templo más cercano para escuchar la sagrada misa y recibir la ceniza. El Oratorio es el templo del centro de la ciudad que más visitan las personas, ya sea porque están seguros de que aquí hay imposición de ceniza casi todo el día, o por ser el que les queda de pasada en su caminar.
Al templo del Oratorio llegó esta mañana, a misa de 9:30 am, Brenda Giselle Rodríguez Arzola, quien es de San Miguel de Allende y tiene tres hijos pequeños, un niño y una niña de 3 años aproximadamente en adelante, y el más pequeño, un bebé que cargaba en sus brazos.
Brenda llegó al Oratorio acompañada de sus tres hijos, buscaron asiento hasta enfrente del altar principal, para escuchar la palabra de Dios y también cantar, era ella la encargada de animar a las personas a corear cada uno de los cantos que se interpretaban durante la misa, quien con su linda voz y su bebé en brazos conducía los cantos y también la encargada de recolectar la limosna para el templo del Oratorio.
«Estoy aquí en el Oratorio desde hace 3 años, empecé primero con la advocación de la Virgen de la llama de amor, gracias a ella nací aquí en el Oratorio, después me metí a lo que es Liturgia, leer las lecturas todos los días de la semana primeramente Dios mediante y que me dé permiso de venir a leer las lecturas. Ayudo a los padres también a solitar y a cantar también los cantos, sobre todo también vengo a los temas del Oratorio que se hace todos los sábados con el padre Roberto quien impartió ahorita la misa, él nos da las pláticas del Oratorio los sábados a las cinco de la tarde», detalla la joven mientras carga a su bebé en brazos.
Brenda habló a News de la importancia del miércoles de ceniza.
«Hoy es muy importante para nosotros los católicos, cristianos, venir hoy a tomar ceniza, ¿Por qué?, porque reconocemos que somos pecadores ante el señor y que polvo somos y polvo nos vamos a convertir. También hoy significamos nuestra cabeza o nuestra frente para que nos pongan esa cruz de ceniza que tenemos, no para que la hagamos pública, sino para que en nuestro corazón llevemos que somos pecadores y que durante estos 40 días que son para meditar y para reconocer a Dios nuestro Señor en nuestro corazón, para que nos purifiquemos de los pecados que estamos reconociendo ante él», dijo.
Anteriormente Giselle pertenecía a un coro, pero después se salió, considera que alomejor por haber sido parte de, le quedó un amor muy grande por Jesucristo, y le gusta mucho cantar a Dios. A los 12 años de edad se metió al coro de San Antonio y duró un año, se salió y después tuvo un golpe muy fuerte en su vida, de lo cual se sentía perdida, en su desesperación se acercó a la iglesia, muchas personas y también padres del Oratorio la vieron en diversas ocasiones, que solía caerse, tirarse en el piso quedando en parálisis completa, por un problema que tuvo, suele decir que gracias a Dios hoy está sana y está bien.
«Me pasó algo muy lamentable en mi vida y gracias a eso conocí más a Jesús, osea, por ese problema conocí más a Jesús, porque aveces a Dios nuestro Señor en los problemas ¿No?, luego aveces no reconocemos, que qué bonito es cuando lo conoces así nadamas por amor, pero lamentablemente aveces necesita pasarnos algo muy grave para venir a conocer de lleno a Dios nuestro Señor, y es así cuando uno se enamora, porque es cuando uno le pide y cuando sale uno de sus problemas que ha tenido», compartió.
Brenda Giselle es de la colonia San Rafael, pero se casó y se fue a vivir con su esposo a la comunidad Corral de Piedras de arriba, con quien vive feliz de haber formado una familia. Desde el rancho de Corral de Piedras, va diario a misa al Oratorio de San Miguel, acompañada siempre con sus tres hijos.
Hay muchos cantos que le llenan del Señor, uno de los que más le gusta cantar es «Ser Gloria». Brenda invita a la gente a que vaya a misa de vez en cuando, y si pueden hacerlo diario para que se alimenten siempre de la palabra de Dios.