Redacción
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Su nombre real parece que se le olvida, porque más que su nombre de pila, en las calles lo conocen como «Don Canti».
Él en la realidad es un pepenador de material que se recicla para luego llevarlo a la venta. Anda por las calles de San Miguel de Allende en búsqueda de envase de PET, de cartón, de fierro viejo para luego llevarlo a la venta.
«De ahí vivimos todos y juntamos dinero para comer», dice orgulloso.
Pero de tanto que le dijeron que tenía un parecido al gran comediante mexicano, don Mario Moreno «Cantinflas», lo hizo pensar que si en la ciudad hay tanto Cuadro y la gente se convierte cada año en un «loco» en San Miguel de allende, pues entonces ellos podrían serlo durante todo el año, por eso dijo que ser Cantinflas cada que se lo pidieran, para él sería un placer.
«Don Canti» tiene 3 hijos y uno más en camino. Toda la familia pertenece al show. La más pequeñita aún no camina pero ya es la Princesa del show y la más grande decidió vestirse y llorar como la Chilindrina.
El otro pequeñín se viste del malvado muñeco Chucky y su mamá lo mismo puede ser una princesa que convertirse en una mortal muñeca diabólica. En esta familia hasta el suegro le entra a la bailada.
De los cuates que lo acompañan en el show, la mayoría son amigos que recolectan desechos en ls calles para sobrevivir; «yo digo que más que recoger basura ayudamos a recoger lo que la gente ya no quiere, porque eso lo que les sobra a nosotros nos hace comer», dice Don Canti.
Su agenda de trabajo quisiera fuera mayor, pero generalmente les hablan para ir a amenizar la fiesta de algún santo o en un barrio porque la música la traen en las venas.
«Ahora no trajimos la bocina porque nos venimos a Atotonilco en el autobús. La gente nos veía raro porque andamos todos disfrazados, pero vamos hasta donde nos digan, no tenemos otra forma de movernos así como decía Cantinflas: «Ahí está el detalle, en ver de qué cueros salen más correas. Por eso a nosotros nada se nos dificulta».
A Don Canti no se le va la sonrisa porque bailar como Mario Moreno y su personaje lo hacen sentir vivo. Con su personaje de El Barrendero va por la ciudad alegrando fiestas y repartiendo dulces porque además de divertirse se gana unos pesos cuando alguien llama a su teléfono (415 1171059) para contratarlo.
«¡Ahí está el detalle, Chato!», dice mientras se retira bailando.
