Redacción
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Hoy como si nada… y por las construcciones se ve a los hombres que todos los días enfrentan uno de los trabajos más pesados: el de la albañilería.
Después de los festejos de ayer en honor de la Santa Cruz, que por cierto comenzaron por la madrugada y en algunos barrios seguirán por esta semana, los trabajadores de la construcción volvieron a sus lugares de trabajo otra vez a pegar ladrillo, preparar la mezcla, cargar los bultos de cemento, palear la arena, cargar carretillas y preparar el almuerzo sobre las tapas de los tambos que hacen la función de comal.
Nada sabe tan rico como un taquito calentado con la leña de su improvisado fogón.
Ayer por la tarde los festejos no se hicieron esperar y la fiesta comenzó con la misa obligada a la que los trabajadores y sus familias llegaban cargando las cruces decoradas con flores, listones y telas para ser bendecidas y luego colocadas en lo alto de su construcción. Es quien los cuida y los protege en la chamba.
En las cocheras de las casas, al lado de la construcción, en alguna casa, los patrones invitaron la comilona y la bebida para celebrarlos. Ese día no hubo chamba, era día de fiesta y había que brindar.
Para quienes se pasaron de copas seguro trabajar bajo los rayos del intenso sol de primavera no será agradable, pero eso sí lo bailado ni quién lo quite.
Felicidades de nuevo a todos por su trabajo que es de los más difíciles, pero que no cualquiera lo puede hacer.
