Redacción
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A las 1:00 de la tarde el templo del Sagrado Corazón de la colonia de San Felipe de Jesús abría sus puertas para recibir a la familia y amigos de un joven que llegaron a despedir con una misa, a su pariente.
Todo transcurría normal hasta ese momento, cuando de pronto, dos hombres vestidos con ropa de luto (negra) entraron a la iglesia, sacaron el arma y comenzaron a disparar... los fieles en misa comenzaron a correr y quienes pudieron observar los hechos, dijeron que varias personas habían resultado lesionadas.
Otro grupo de hombres subía a una camioneta, una color roja, estaquitas que habían estacionado afuera del templo.
Como pudieron arrancaron y siguieron su camino por la calle Fray Juan de San Miguel, tomaron Vasco de Quiroga, luego por Bartolomé de las Casas; por las avenidas otros hombres salían al paso de quienes intentaban huir.
Los balazos los seguían y fue así como el conductor de la camioneta roja, que trasladaba a varios hombres en el interior y la casa, tomó la calle José María Morelos para luego dar vuelta hacia el Libramiento Manuel Zavala donde ya no pudieron seguir.
Testigos de los hechos observaron el paso lento del tráfico «había una troca, una camioneta, un pequeño auto» y de ahí comenzaron a bajar los hombres heridos… dos de ellos ya no se pudieron mover porque estaban heridos.
«Lo que alcanzamos a ver era que saltaban de la camioneta roja varias personas. Todas estaban con sangre en alguna parte del cuerpo. El que conducía la camioneta se bajó también herido, arrastrando la pierna y el copiloto traía como una herida en el hombro».
«Aquí (al libramiento) ya llegaron todos baleados y de un coche bajaron a otro que dejaron tendido en el pasto del camellón y luego se fueron. Otras personas que estaban cerca de ellos también se fueron, incluso algunos se fueron heridos», dijo otro de los testigos de los hechos.
Cerca de la 1:30 de la tarde la zona de la entrada de las Alamedas era un caos. Señoras gritaban, otras más se acostaban junto a los heridos diciendo que todo saldría bien. Unos más corrían y otros más curioseaban.
Así fueron llegando los elementos de Seguridad que comenzaron a acordonar la zona, mientras la familia sostenía a sus heridos.
Llegaron las ambulancias y los trasladaron. Llegaron más policías y luego los estatales. Los del Ejército y después de los de la Guardia Nacional y los policías federales.
Luego de varias horas de peritajes, la zona de desalojó y más tarde, representantes religiosos se reunían con los encargados de la Policía en San Miguel de Allende, para pedir seguridad para ellos porque hasta ellos están en riesgo.
La balacera que comenzó dentro del templo terminó en el libramiento con el saldo de 2 muertos y 5 personas heridas en ese lugar.