Redacción
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Con info de Ana Solís
El año pasado, en las calles de la Colonia San Antonio, los asaltos a mano armada, los robos a casa habitación, cristalazos y otros delitos trajeron «de encargo» a los vecinos la zona.
Hicieron miles de llamadas, reportaron personas sospechosas, hasta ya «eran clientes» del Sistema de Emergencias para pedir apoyo a Policía. A veces llegaban… a veces no.
Buscaron de varias formas protegerse, pero los delitos continuaban, tanto que hasta salir a la plaza se había convertido en un tema de «peligro» porque ahí se sentaban quienes vigilaban a los automovilistas que se estacionaban alrededor de la plaza y a quienes pasaban con cosas de valor.
En la colonia San Antonio las cosas se habían vuelto un peligro.
Fue en septiembre del año pasado, luego de que el dueño de una pizzería compartiera con sus vecinos, que se habían robado una de sus motocicletas de la puerta de su negocio y en las imágenes que una cámara de video que tiene dentro del negocio, se pudieron dar cuenta de que una pareja fue quien actuó en complicidad para realizar el robo.
Tras el hecho, buscaron cámaras de vecinos para revisar por dónde se había ido, y no sólo encontraron el camino, sino también la guarida donde la habían encerrado…Estaba a menos 1 kilómetro de distancia, a una calle de donde se había quedado estacionada.
Los vecinos que tenían cámaras se interesaron en el tema y se ofrecieron para vigilar el lugar mientras llegaba la policía y las autoridades ministeriales para actuar y catear el lugar.
Así fue como descubrieron que en esa finca vivía Diego, un hombre de origen afroamericano, hijo de padres extranjeros que llegó a San Miguel de Allende para aliarse con otros y mantenerse en actividad para supuestamente cristalear, asaltar, robar casas y mantener asustados a mexicanos y extranjeros.
Esa fue la primera vez que los vecinos se unieron por una razón: la seguridad y donde lograron descubrir y desarmar una banda de ladrones que se paseaba a diario por la plaza y el atrio de San Antonio, vigilaban a los automovilistas, la salida y horarios de los vecinos hasta que los localizaron y archivaron en fotos para compartirlas con los demás.
Así fueron armando y armando y armando una lista de vecinos interesados en pertenecer al grupo que se dedicaría desde hoy a vigilar, revisar, checar y reportar lo que pasaba por sus calles.
Y quien lideró y creó la ahora llamada RED VECINAL es Juan Antonio Gómez, quien creció y vivió junto con su familia en El Barrio de San Antonio, donde tienen su casa y su vida.
«Estamos por cumplir 6 meses y cada día se unen más vecinos para formar parte de esta red que tiene como único objetivo el cuidarnos entre nosotros, de sabemos que hay que poner un granito de arena para hacer más llevadera la vida».
Como sabemos, el país, el Estado y San Miguel de Allende no la están bien en el tema de seguridad y Juan Antonio asegura que es tiempo de que sumemos más ojos, manos y lentes de cámaras a la seguridad que tenemos que empezar desde casa.
«Hay que dejar de quejarnos y actuar más y en la Colonia San Antonio ya empezamos», dijo.
Y a su proyecto de vigilancia han aumentado 103 vecinos, 52 cámaras, lentes de móviles y miles de ojos de vecinos que cada día mantiene vigilado uno de los barrios más emblemáticos de San Miguel de Allende.
Su proyecto fue tan grande que ahora los vecinos de la colonia Guadalupe se han capacitado para comenzar su propia vigilancia y donde mexicanos y extranjeros se han unidos para comenzar a marcar sus viviendas con el tema de RED VECINAL.
LA RED VECINAL crece y crece y son los vecinos quienes crean, a través de la unión, su propia autodefensa y de esto nos habla su creador y quien está al frente de esta audodefensa de vecinos que ha deshecho nadas delincuenciales y ha bajado los índices delictivos de las colonias.
PARA CONTACTAR EL PROYECTO escribe a Juan Antonio y los vecinos de la red:
WhatsApp: (415) 139 3325
Correo: reddecamarasvecinales@gmail.com
