Redacción
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- En las calles de la colonia San Antonio, un perrito lucha por sobrevivir tras el trágico asesinato de su dueño
SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Entre el bullicio cotidiano y la rutina de la colonia San Antonio, hay una historia silenciosa que se despliega día a día en una banqueta desgastada por el tiempo.
Es la historia de «Oso», un perrito que convalece en la soledad, esperando quizás un reencuentro que nunca llegará.
Hace poco más de un año, «Oso» compartía su vida con un dueño que lo cuidaba y consentía. Pero en un fatídico día de mayo del 2023, la vida de «Oso» cambió para siempre. Su dueño fue asesinado en la calle de Santa Lucía, donde vivían, dejando al perrito desamparado y sumido en una profunda tristeza.
A pesar de la presencia de vecinos y personas en la casa donde solía vivir con su dueño, nadie más se hizo cargo de «Oso».
Por la noche lo dejan entrar, pero en el día nadie le hace caso. La comida la dejan los vecinos, pero «Oso» parace que esta dejándose morir.
- Así se ve Oso en calle Santa Lucía, de la colonia San Antonio a través de Google Maps
Abandonado a su suerte, el perrito se vio obligado a tratar de entretenerse en la calle, sin que nadie le haga caso, buscar refugio en las calles, enfrentando el cruel desdén de aquellos que pasan indiferentes al verlo siempre en la calle, en la banqueta, siempre dormido, a pesar del intenso sol.
Desde entonces, «Oso» ha sobrevivido de la generosidad de los vecinos, quienes le brindan algo de comida para aliviar su hambre. Sin embargo, su salud se ha deteriorado rápidamente. Su piel está cubierta de llagas y heridas, su cuerpo delgado y cansado refleja el peso de la angustia y el abandono.
A pesar de todo, «Oso» nunca se ha alejado del lugar donde solía estar su dueño. Siempre espera, quizás ingenuamente, verlo regresar. Su imagen, captada por Google Maps en la calle, es un testimonio silencioso de su fiel espera bajo la sombra.
Hoy, «Oso» yace en la banqueta, sumido en un profundo sueño que parece ser su única vía de escape del sufrimiento. Su agonía se prolonga, mientras el mundo pasa a su alrededor sin detenerse a ayudarlo.
Las autoridades y los vecinos de la colonia San Antonio claman por su rescate, pidiendo que «Oso» sea liberado de la indiferencia que lo tienen en esta situación deplorable.
Su historia es un recordatorio desgarrador de la crueldad humana y la importancia de la compasión hacia aquellos que no pueden defenderse por sí mismos.