Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. – A las 6 de la tarde de ayer, Héctor, Rodrigo y Ramón se vistieron de reyes, se subieron a una camioneta que les prestó un vecino y se convirtieron en los Reyes Magos de la noche.
Traían 250 pelotas, unos 30 kilogramos de dulces y más de 100 juguetes que les donaron sus vecinos y amigos y llevaron un poquito de diversión a los niños de las calles de San Miguel de Allende, un compromiso que decidieron adquirir para llevar un poquito de alegría a los niños que este año tienen ya varios meses encerrados por una pandemia, y un virus que a los Reyes tampoco les ha ido nada bien.
Los tres Reyes salieron juntos de Avenida de las Américas en la Ignacio Ramírez, de ahí se fueron por toda la Salida a Querétaro, bajaron por San Francisco, luego por Juárez y Mesones hasta el teatro Ángela Peralta y de ahí se pasaron a Hernández Macías, para luego incorporarse hacia Canal.
El recorrido siguió por todo Canal y llegando al Puente Guanajuato dieron vuelta a la derecha y tomaron la Avenida Guadalupe y después subir por Insurgentes, después dieron una vuelta más algo similar, y de ahí se regresaron nuevamente al lugar de donde salieron.
La gente y los niños estuvieron pendientes, en el trayecto de su camino había muchos esperando a Melchor Gaspar y Baltazar, que desde la camioneta adornada con globos de colores y con muy bonita música infantil, repartían regalos y dulces a los pequeñines.
«Si se completó todo, lo único que… obviamente ya sabes a la gente no la puedes tener contenta nunca, pero la mayoría si estuvo muy contenta, nos fue bastante bien, lo que no queríamos era aglomerar gente, que al final de cuentas si se hizo un poquito, pero salió bastante bien», compartió Héctor.
