Redacción
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José y Memo tienen 3 noches durmiendo en un portal del jardín de San Miguel de Allende.
Dicen que trabajan en la pepena, que José tiene su casa en San Miguel pero que prefiere quedarse en el portal a que llegue la camioneta que los lleve a la chamba.
Memo dice es de Comonfort, que llegó a San Miguel en busca de chamba y que buscó quedarse con unos parientes que tiene en la Ciudad, «pero no lo recibieron porque le dijeron que era muy pobre», responde José por él.
José dice que tiene su casa de cemento y ladrillo en San Miguel, pero que no quiere irse tan lejos porque luego no llega. Dice mientras levanta su cabeza del escalón de piedra que le sirvió toda la noche de almohada.
Les ofrecimos dinero por si necesitaban para desayunar y dijeron que no, que ellos tenían con qué comprar comida, que estaban ahí porque los iba a recoger una camioneta porque ellos lo único que quieren es trabajar.
«Nosotros respetamos a la gente y sus cosas, no queremos molestar, por eso estamos aquí y si hay que dormir en la calle para tener jale, pues aquí estamos».
José estaba dormido, tapándose del frío con una cobija y cubierto con una lona azul con la que también protegía su carretilla y un poco de PET que había recolectado.
Memo estaba a la intemperie, arriba de un plástico y cubierto con una cobija; él se estaba poniendo sus zapatos.
José y Memo dicen que a ese lugar llegan cerca de las 8:00 de la noche y de ahí a preparar lo que será su lecho de descanso: una lona azul, un montón de hule, cobijas y la carretilla que le sirve para trabajar.