Redacción
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Para viajar al pasado no es necesario tener una máquina del tiempo, basta sólo abordar tu auto, tomar el camino a San Luis de la Paz, Guanajuato y llegar a un destino mágico: Mineral de Pozos.
Las razones para visitarlo son miles, porque en ese poblado que tres veces fue abandonado por sus habitantes, los que se quedaron se resisten a hacerlo dormir… de historias está lleno el lugar.
Y es que Pozos tiene magia, tanta, que hasta puedes sentir que el silencio habla.
Basta con caminar por sus avenidas empedradas y de terracería para imaginar la vida que antes había en el lugar, con mujeres y sus vestidos impresionantes, hombres elegantes recorriendo en carruaje las bellas calles. Esta magia se siente visitar esas fincas que fueron en algún tiempo la industria más próspera del país en la época del Porfiriato.
Si eres de los que les gusta explorar, puedes recorrer lo que queda de esos lugares que hoy forman parte del patrimonio de la ciudad que renace, crece y evoluciona.
Desde esa curva que te da la bienvenida al pueblo, se puede leer y sentir la historia.
La pequeña calle Hidalgo, esa de dos sentidos, está flanqueada de pequeñas puertas y ventanas de lo que fueron las casas de ayer; detrás de ellas no hay nada y sólo quedan los recuerdos de quienes ahí habitaron.
Este rescate las comienza a revivir y poco a poco comienza su reconstrucción a un presente que augura prosperidad con un turismo que valora la cultura, la historia, la buena comida, un gran vino, una vida sustentable y claro, un buen café.
