COLABORACIÓN: Francisco Roberto Ramírez
Esta es la colaboración de Francisco Roberto Ramírez-Ramírez. Profesor de Argumentación jurídica y Derecho penal quien nos envía esta opinión sobre la política desde su punto de vista.
En ella nos habla de lo que ocurre en el mundo, los procesos en México y el «Pueblo Cavernícola» creado por el síndico del Ayuntamiento, Pável Hernández además de los próximos comicios,aquí te lo dejamos…
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DE LA POLÍTICA EN MÉXICO, EL MUNDO Y EN MI PUEBLO
Francisco Roberto Ramírez-Ramírez. Profesor de Argumentación jurídica y Derecho penal
En el año 2013 conocí a Heinz Dieterich en una conferencia, esa ocasión me regaló uno de sus libros y en adelante comenzamos a tener conversaciones, sobre todo vía e-mail; por su invitación personal entré al World advanced reserch Project, pues desarrollamos una convivencia y sinergia académica; pero ¿Quién es Dieterich?
Para mí bastaría decir que es un académico de portentosas cualidades intelectuales, pero los más lo reconocen como un sociólogo y politólogo alemán, y el principal desarrollador teórico del Socialismo del Siglo XXI, además, otrora asesor del régimen Bolivariano en Venezuela; nunca me lo reveló, pero creo que su abandono de Venezuela y su, luego, dedicación a la academia en México se debe a una cosa, la falta de correlación entre lo que él llegó a postular teóricamente y lo que, otros, instrumentaron políticamente.
El Socialismo del Siglo XXI y la izquierda que de ahí deriva o que en sí lo hace subyacer ha sido en Latinoamérica un fracaso, y no por lo que significa como teoría política y económica, sino porque ha sido el nicho de demagogos, generalmente –además– autoritarios e intolerantes; desde 2014 que visito con mucha recurrencia a Ecuador, y allá lo he visto con el régimen Correista, de Chávez y Maduro no necesito decir más, por ejemplo.
Hoy día, México atraviesa por una situación muy, muy compleja; elegir de entre las posibilidades quien ha de ser el nuevo presidente de la República, es un tema desesperanzador, ni Meade, Ni Anaya, ni López Obrador me convencen, pero por encima de ello, particularmente la demagogia y el populismo de López Obrador me preocupan de sobremanera, y me preocupan porque es un discurso tan simple y accesible que se difunde y acepta muy rápido, así le pasó a Venezuela en el 99 y por más de 10 años, y a Ecuador en el 2007 y también por 10 años. Hoy se expande y se compra como emergente, como alternativo y hasta como santificante redentor (lo mismo que pasó en otras latitudes) para luego empoderarse y padecer, o, hacerle padecer a los miembros sociales, los evidentes efectos de la demagogia y el populismo.
Dicho sea de paso, la demagogia y el populismo son unas extraordinarias herramientas argumentativas frente a un auditorio poco educado, poco culturizado; como lo es México, un país donde la media educacional es de segundo año de secundaria; un país, que, en consecuencia, puede socializar de fácil manera conceptos tan básicos, y por eso no nos extrañe la tremenda popularidad de un Andrés Manuel López Obrador demagogo y populista. Con estas líneas sólo quiero expresar mi preocupación –además muy seria– de que México pueda sufrir el infortunio de involucrarse con una izquierda tan baja y retrograda.
* San Miguel de Allende
En otro orden de ideas, y más en lo local, qué tristeza ver un escenario político tan desestructurado, veo partidos políticos que se quiebran y que me hacen preguntarme ¿será este tiempo el ocaso de la mexicana oligarquía de partidos a la que llamamos democracia? No lo sé, pero lo que puedo advertir, es que las cosas están cambiando y van a cambiar.
En San Miguel de Allende parece que no hay mucho que esperar tampoco; y no lo hay frente a un PAN tan desgastado, con un Presidente que quiere repetir y que acarrea lastres muy pesados, el último de ellos una publicación en redes sociales de su Síndico, acusando por “cavernícolas” a los manifestantes “Vs” los parquímetros en San Miguel de Allende, algo que me parece, en inicio infantil, y luego, la verdad, divertido.
Yo soy un académico y vivo de mi intelecto ¿será que él (el síndico) es capaz de enfrentarse intelectualmente y acusarme de retrograda si me manifiesto contra los parquímetros? Porque hasta donde sé, él vive del erario, y yo, como dije, de mi intelecto.
Luego, está un PRI que obedece rituales arcaicos y mesuras simbólicas absolutamente banales, incluir o más aún, determinar que alguien sea el candidato o candidata del partido por cuotas (en este caso de genero) me parece irrisorio, así, simplemente jocoso; de MORENA, y las demás familias oligárquicas –perdón, Partidos Políticos– no se sabe mucho, aquí incluyo también a los independientes, que sin estructura y sin poder –y hablo del poder que se ejerce, no del que se detenta (para mayor abundamiento lea Usted a Michel Foucault) – no van a figurar ni a significar.
Finalmente, me queda el mal sabor de boca de no tener ni como opción independiente ni en partido a Ricardo Ferro, que la verdad, es por el único por el que votaría (si hay oportunidad, luego les justifico porqué).
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