Redacción
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Fotos: Staff Mineral de Pozos/ News San Miguel
Mineral de Pozos, la ciudad que ha cambiado tres veces de nombre, se encuentra justo a la mitad de México, entre ruinas y vegetación que cuentan historias con sólo verlas.
Visitar este lugar, que primero se llamó Palmar de la Vega, luego Ciudad Porfirio Díaz y hoy Mineral de Pozos, fue hace siglos uno de los sitios más prósperos del país por su gran actividad minera, que llegó a registrar una población de más de 80 mil habitantes que gozaban de la modernidad de una gran ciudad.
Llegaron decenas de obras de teatro, los empresarios y sus mujeres iban de compras a lo que fue la primera tienda departamental que existió en México. Las vías del ferrocarril los mantenían comunicados con el país y el telégrafo, servicio que no todas las ciudades tenían, estaba a la orden de sus habitantes.
Pero cuando la prosperidad de las minas terminó, la vida de la Ciudad Porfirio Díaz también y las familias comenzaron a salir de ella convirtiendo el lugar en un “Pueblo Fantasma”.
Fue en el gobierno del entonces presidente de México, Felipe Calderón, que Mineral de Pozos retomó un nuevo aire al ser nombrado Pueblo Mágico.
Fue el misticismo de la soledad de sus calles y sus casas lo que atrajo a los turistas, que veían en pleno siglo XXI un pueblo abandonado en el que sus pocos pobladores y sus paredes, gritan sus recuerdos.
Hoy Mineral de Pozos es rescatado por su gente y promueven por el mundo los misterios que encierran los cascos de las minas que un día pusieron a la ciudad entre las más importantes y preferidas del país.