El Pleno del Congreso del Estado de Guanajuato exhortó a la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de León, a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y a la Fiscalía General del Estado, para que maximizando sus esfuerzos para brindar justicia por el asesinato de Adolfo Vanderkam.
Ernesto Prieto Gallardo aseguró que Adolfo Enríquez Vanderkam se asumió y autodefinió como activista, para exigir un país de leyes, y se convirtió en la voz para denunciar delitos de todo tipo y gravedad que ocurrían y afectaban a su comunidad y entorno.
Trabajo que lo convirtió en el ciudadano leonés que cumplía lo que es una obligación de todos, pero muy pocos están dispuestos a hacer: denunciar a quien afecta, descompone, daña, enferma y asesina en la sociedad que se vive.
“Lo que Adolfo Enríquez Vanderkam estaba haciendo por su sociedad, no busca ser un panegírico, sino la exigencia de justicia para la vida y voz que desde la ciudadanía más le aportaba a las tareas de seguridad pública y la denuncia ciudadana, para la atención y mejoramiento de todo tipo de funciones públicas”, señaló.
Congreso guarda un minuto de silencio por Vanderkam
“Es imprescindible que desde este Congreso exhortemos a que se realicen todas las investigaciones y diligencias que sean necesarias para brindar justicia pronta y expedita ante este hecho”, subrayó.
Al hablar a favor, la diputada Yulma Rocha Aguilar declaró que le parecía importante darle agilidad a este punto de acuerdo y ponderó la importancia de ser conscientes de la importancia del trabajo de los activistas sociales y las personas defensoras de derechos humanos, pues evidencian la realidad de violencia, inseguridad, corrupción e impunidad, así como la descomposición gubernamental en la búsqueda de justicia.
El diputado David Martínez Mendizábal aseveró que, desde estudiante, Adolfo fue una persona con muchas inquietudes sociales y que este tipo de crímenes deben investigarse bajo el enfoque de activismo social.
Enseguida, el congresista Alejandro Arias agregó que Enríquez Vanderkam se convirtió en lo que muchas autoridades aspiran: ser un conducto de confianza con la comunidad. Asimismo, se sumó a la exigencia para esclarecer el hecho y hacer justicia.