Redacción
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En la esquina de Mesones y Juárez se encuentra la primera bomba de gasolina que existió en San Miguel de Allende. Ella ha formado parte de las fotografías más importantes de profesionales y visitantes, y aunque hoy una cinta diurex la rodee, un graffiti la decore y un vidrio roto la proteja, ella permanece de pie, como uno de los grandes símbolos que tiene la ciudad.
La placa conmemorativa colocada sobre un bloque de cemento resalta la importancia del lugar: «Esta bomba fue instalada en 1945 por J. Cruz Tellez Delgado. Se aprobó su restauración para los sanmiguelenses, Guillermina Campos Hernández. marzo 2003».
Desde entonces, según los marchantes y vecinos cercanos no le han metido mano.
Pero al símbolo del que fue el primer expendio autorizado de PEMEX, ese que daba a 24 centavos el litro nada lo tumba, aunque la tinta negra y el «yurex» lo rodeen sigue siendo hermosa para la lente de los visitantes que no dudan en llevarse el recuerdo de esa bomba que un grupo de sanmiguelenses lo conservó como parte de los recuerdos de su historia.
Esa bomba era expendedora de petróleo, no de gasolina