Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- La masacre del martes por la noche en la colonia San Rafael, dejó a una familia sin 3 de sus integrantes: Don Reyes , Belén y Juan José, además de un vecino llamado Félix.
Las balas que esa noche en la que hombres armados llegaron a la calle Juan de umarán para descargar sus armas presuntamente contra «El Cata», también tocaron con sus balas a 4 personas que esa noche estaban en la calle trabajando, entre ellos el papá de «El Cata», Don Reyes García Baeza, que iba a descansar después de cerrar su tiendita.
Esa noche no solo cambió la tranquilidad de la colonia San Rafael en San Miguel de Allende, quien ocupó los titulares de los medio nacionales hablando de lo ocurrido en sus calles, también cambió la vida de toda una familia que apenas hoy verá volver regreso a sus familiares para darles el último adiós.
Esas balas también dejaron a 3 menores de edad sin su papá y su mamá, que esa, como todas las noches, trabajan en la venta de elotes y en la recolección de basura para ganarse unas monedas a cambio de una propina y así dar techo y comida a su familia.
Esas balas dejaron a la familia de Félix sin su presencia y a los vecinos sin quién les ayude.
La tienda de Don Reyes seguro tardará en abrir nuevamente, o tal vez nunca.
Esa noche Don Reyes cerró su changarro sin saber qué nunca volvería a hacerlo porque justo esa noche sería la útima de su vida y no por «designios de Dios, sino por las balas que unos hombres dispararon presuntamente contra su hijo «El Cata», pero se lo llevaron «de paso»…
Su hijo «EL Cata», el presunto objetivo del ataque, es el único vivo de esa balacera que marcó también el regreso de Luis Alberto Villarreal al frente del gobierno Municipal de San Miguel de allende, un gobierno que no se ha manifestado ni ha hablado del tema, luego de que el «Súper Secretario de la Seguridad», General Rolando Eddy hidalgo, los dejó «colgados» con la chamba.
Les renunció diciendo que «estaba enfermo» y mejor se iba a reposar. Lo malo de todo es sí se fue pero no a «reposar», sino a participar en foros organizados por militantes del PAN para hablar de su mucha «experiencia en la seguridad «y de cómo «le encantaría volver» a ser un burócrata en Aguascalientes.
Desde ese foro, el General les «botó» la chamba y se fue dejando a la deriva la seguridad de San Miguel de Allende, esa que Luis Alberto Villarreal depositó en un militar retirado y «multi condecorado» que entre incapacidades, operaciones, recuperaciones, más recuperaciones y Covid, sólo trabajó la mitad del trienio que tampoco terminó.
- La historia Juan José y Belén
Esa noche de martes, Juan José y Félix recorrían las calles apoyando a los vecinos con sacar la basura y recolectar material, mientras los acompañaba Belén, que terminaba un día más de trabajo.
En casa de Belén y Juan José no había mucho dinero, eran una pareja de gente trabajadora a la que le costaba mucho sacar adelante a la familia, pero que nunca se dieron por vencidos.
Sus hijos de 16, 15 y 8 años de edad se quedaron huérfanos, sin esas personas que más los querían; esos que sin ser mayores de edad los tendrán que enterrar y decirles adiós cuando ellos todavía son unos niños,
Son los sanmiguelenses que unas «balas perdidas» terminaron con su vida en la esquina de su casa, unas balas que dejaron niños huérfanos, una esposa viuda y nietos y sobrinos sin su abuelito y sin tíos.
Los integrantes de la familia García estuvieron en el lugar donde una balacera se desató frente a la casa de un hombre que las autoridades identificaron como «El Cata», el único sobreviviente de la masacre.
No veo gente mamadora acudiendo a marchas para que se haga justicia, pero bien que m amaban con el perro que supuestamente mató un señor por invadir su terrenos.
Pinches San Miguelenses pendejos.