Escobar Poblete pide que lo dejen salir a tomar el sol y que apaguen la luz de su celda

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

En el penal del Cefereso, de Ocampo Guanajuato,  el nombre de Ramón Guerra Valencia ya no se escucha porque dejó de existir al saber que su verdadera identidad es Raúl Escobar Poblete el nombre que ahora  aparece en los expedientes y carpetas de investigación.

Y ese mismo nombre es el que aparece en la queja interpuesta esta semana contra la autoridad penitenciara, denunciando que desde que llegó al Cefereso en Ocampo, Guanajuato, Ramón y/o Raúl no han vuelto a ver la luz del día, no tiene acceso a cubiertos para comer, no puede convivir los demás reclusos, no habla con nadie y sólo su defensa puede visitarlo porque su familia y amigos, se fueron de aquí en cuanto Ramón fue detenido.

El guerrillero integrado a la lista de los Más Buscados por la Interpol, a ese que acusan de ser quien encerraba en cajones a sus víctimas, que los mantenía con  un foco encendido durante 24 horas para que perdieran la noción del tiempo y por quienes dicen, cobraba grandes cantidades de dinero, hoy se queja del mismo mal: la luz de su celda la mantienen encendida de día y noche y no puede salir de su pequeña celda en la cárcel federal.

‘Ni siquiera puede ir a las audiencias que tiene programadas’,  dice la fuente consultada por NEWS quien confirmó que existe una queja interpuesta por Raúl Escobar por el trato que recibe dentro del penal  federal y las restricciones que vive, la cual fue presentada al inicio de esta semana.

El líder guerrillero se quedó  solo en México; sus colaboradores y  familia se fueron nomás supieron de su arresto:

Su esposa Isabel Mazarro se fue de inmediato de San Miguel de Allende a España y está detenida.

Esteban Solís, que en realidad es el también guerrillero Ricardo Palma Salamanca, dicen dejó la ciudad y su vivienda en la Salida a Querétaro tras la detención de su único amigo. La Interpol sigue tras de él y su casa fue incautada por la PGR.

Su ex pareja, Marcela Mardones (que en San Miguel fue Patricia Fernández), se entregó a los 5 días de saber la captura de su ex pareja y desde entonces está en una cárcel de su natal Chile.

En Guanajuato al guerrillero no le queda nadie y es sólo su defensa quien ha podido hablar con él y que ahora pide que lo dejen salir a tomar un poco de sol y apaguen la luz.

Al “peligroso” guerrillero chileno lo dejaron solo en Guanajuato.

 

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