El rescate de Alfa, la perrita que Jeremy se llevó a Comonfort y pedía dinero por ella

Redacción

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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Alfa fue encontrada y la hallaron en el lugar donde menos lo imaginaban: Ella es una perrita con estrella que fue rescatada de su secuestrador.

A Alfa la reportaron como desaparecida desde el pasado lunes, es una Husky de 9 meses de edad, que Lourdes cuida junto con su hija Sol. A Alfa la adoptaron en febrero de 2021.

La perrita fue creciendo en tamaño y demostró que a ella le gustaba correr en espacios abiertos sin correa.

En el mes de julio, cuando la llevaban al campo en el coche, saltó intempestivamente por la ventana y se fracturó la cadera por lo cual la operaron. A su familia le dijeron que si se embarazaba estaría en riesgo.

«El 26 de noviembre Alfa entró en celo por primera vez y sus veterinarias nos dijeron que esperáramos a que pasara un tiempo más para esterilizarla. Varios perros machos de la calle vinieron a rondar la casa y hasta quedarse afuera haciendo guardia para ver si salía Alfa y ella aullando para salir.

«El sábado 18 de diciembre a las 20:00 horas y en un descuido Alfa se salió de la casa. La buscamos en coche y no se encontraba en los alrededores. La mañana del domingo no llegó y volvimos a recorrer la zona. Nos parecía muy extraño.

«Alarmados comenzamos a publicar su desaparición en Facebook, encontrando mucho apoyo tanto de la comunidad local como de familiares y amigos que viven en distintos estados de México y en el extranjero.

«Todo este movimiento humano, generó un manto protector para nuestra perrita que fue atrapada por un joven de unos 18 años en la comunidad rural de Nuevo Pantoja que está a un lado de nuestra colonia y que la hizo pasar por suya.

«Este sujeto paró un taxi esa misma noche para que lo llevara a Comonfort, que es un pequeño poblado a una media hora de San Miguel de Allende.

«El taxista le dijo que tienen prohibido transportar animales pero se conmovió con el muchacho por la manera en que se lo pidió. Llegarían a Comonfort a las 23:00 horas.

«Cuenta el chofer que Alfa iba ladrando y el que se hacía pasar por su dueño, la callaba de mala manera.

«Cuando llegaron, el joven le dijo al taxista que lo esperara a que le abriera ‘su abuelita‘ y pedirle para pagar ya que no llevaba dinero consigo.

«En esa casa nadie abrió por lo que le solicitó al chofer del taxi que lo dejara más adelante donde había otros muchachos bebiendo cervezas.

«Ahí el joven se bajó y envalentonado por estar en compañía de sus cuates, le espetó al taxista que no le iba a pagar.

El taxista le dijo que si no le pagaba, retenía a la perra pero ésta, al ver la puerta abierta del carro, se bajó (típico de Alfa).

«Hicieron bola los amigos contra el chofer y lo amenazaron para que se fuera…. tuvo que huir del lugar sin que le pagaran el viaje.

«El lunes 20 de diciembre, el taxista que vio en el Faccebook a Alfa y la reconoció, llegó a mi domicilio para ir juntos a Comonfort.

«Llegamos a las 19:00 a la casa de “la abuelita” y allí nos recibieron una pareja de jóvenes y al escuchar la historia, dijeron que ahí no vivía ninguna abuelita y por las señas que dio el chofer del taxi, comentaron que se trataba del Jeremy pero que vivía en el cerro.

«Una señora que estaba enfrente atenta a la historia, en voz muy bajita, indicó que el abuelo del Jeremy vivía en la otra calle y nos dio señas de la casa y añadió que era probable que no lo halláramos porque estaban los vecinos de posada en la calle.

«Llegamos a la dirección y salió el señor y al enterarse de nuestra historia dijo que le diéramos un momento y apareció el Jeremy bajo efectos de algún estupefaciente que comenzó a hablar sin sentido, pero sí repetía que sin dinero no había perro.

«Lo presionamos para que nos dijera dónde tenía a Alfa y respondió que lo siguiéramos y así lo hicimos por varias calles que se iban estrechando mientras no paraba con su verborrea e iba interpelando a los chavos que encontraba para que se le unieran sin éxito alguno.

«Cambiaba las versiones de cómo se había adueñado de Alfa y así llegamos a la misma casa de su abuelo.

«Le reclamamos de que nos estaba mareando y volvió a pedir el dinero y le contestamos que “dando y dando” y ya se fue a una media cuadra, tocó la puerta donde estaba un hombre de cabello blanco que nos dio a Alfa.

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