Habitantes de comunidades insisten: la popó de los vecinos, Sapasma la tira al arroyo y va a dar a la presa

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Hace menos de 4 años, en las comunidades de La Estancia, Rincón de Canal y Santa Teresita de Don Diego, nadar en los arroyos que atraviesan sus poblados, era todo un placer.

El tubo que viene desde los
fraccionamientos al arroyo federal.

Fue la llegada de la «civilización, el crecimiento»… y los gobiernos del PAN, que esto se acabó, pues del agua cristalina que usaban para su casa, porque en sus comunidades no hay servicios básicos, la misma en la que llevaban a pastorear a su ganado, hoy lo cristalino cambió a color verdoso y en lugar de piedras y pedazos de ramas del camino, vieron pasar pedazos de popochas, papeles de baño y uno que otro condón.

La razón, denuncian los habitantes, Sapasma permite que las aguas negras, incluída la popó que producen los vecinos de fraccionamientos como:

  • El Secreto
  • Parroquia 1 y próximamente Parroquia 2
  • La Escondida
  • El Atrio
  • San Ángel
  • El Milagro
  • Y los que están por construirse

La dejan tirar directamente al arroyo que atraviesa sus comunidades y que desembocan en la Presa de La Cantera y luego van a dar a la Presa Allende.

«Por eso ya todos dicen que en la Presa se pescan puras CACArpas y hasta se ven CACAdrilos, porque los pobres animalitos se alimentan de la popó que desechan los nuevos inquilinos», dice entre risas y un poco sarcasmo, Don José, uno de los pobladores.

Los habitantes han ido a Sapasma y le dicen que ni es cierto, que de ahí no están arrojando nada, que todo lo tienen bajo control, lo cierto es que hay grandes tuberías tapadas con montones de cemento mal puesto, para ocultar los tubos negros del que sale agua, un agua con todo verde y olor a químico.

Otro de los pobladores a quien conocen como «El Juan», pastorea sus animales por la zona y aprovecha los tiempos de lluvia para alimentar a su ganado.

El agua la bebían de ese arroyo antes cristalino, hoy verde, que en estos tiempos no lleva agua porque no ha llovido mucho.

«Esa agua es la que están todo el día arrojando de los fraccionamientos. Es agua como envenenada porque 12 de mis vacas murieron bebiéndola. Ya hay una denuncia y lo sabe el de Ecología (Francisco Peyret, de Medio Ambiente) pero no ha hecho nada», dice.

Las delegadas han recibido toda clase de quejas «pero como son del PAN, pues ellos mismos se tapan. Que se ching…. la gente, al cabo a ellas ni les pesa», dice otro de ellos.

Justo en ese lugar hay 10 arroyos que bajan de Los Picachos. Todos lo saben porque antes de la llegada de la «civilización» con sus descargas de popochas, llegaban con el agua limpia y transparente: «no tienen contaminación porque no hay nada que los atraviese, solo hasta el 10 es cuando le dieron en la mad…».

Y ¿Qué son las aguas residuales? Según Wikipedia, estas aguas residuales o aguas negras se definen como:

«A las aguas residuales de origen doméstico también se les llama aguas servidas, fecales o cloacales. Son residuales, habiendo sido usada el agua, constituyen un residuo, algo que no sirve para el usuario directo; y cloacales porque son transportadas mediante cloacas (del latín cloaca, alcantarilla), nombre que se le da habitualmente al colector. En algunos sistemas de alcantarillado se mezclan con las aguas de lluvia y las infiltraciones de agua del terreno. Dentro de las aguas usadas reciben el nombre de aguas negras aquellas que están contaminadas con heces u orina.

Al recorrer la parte trasera de los terrenos donde están ubicados los fraccioanmeintos, se ve la construcción de un cárcamo de rebombeo que Sapasma instaló en el lugar «pero esa no es una planta de tratamiento, es sólo rebombear el agua. No tienen otra forma de sacar el agua más que echándola al arroyo afectando la flora y los animales de la zona».

Francisco Jiménez Palacios, director de Sapasma, aceptó que el agua que arrojan es la que acumulas de los drenajes, los baños, los lavaplatos y las regaderas de los vecinos de toda esa zona y que el agua con popochas y orina, la están rebombeando y tirando al arroyo.

«Pero nos dijo que era una agua completamente limpia y utilizable…le pedimos que venga a lavarse las manos o beberse un vaso de agua para que él nos ponga el ejemplo», dijo doña Chole, mientras hablan de que tendrían la reunión con Conagua para ver si es que tienen permiso de arrojar el agua con caca y orines, a un arroyo federal.

Francisco Jiménez Palacios es el director de Sapasma que les aceptó que el agua que arrojan los nuevos vecinos, la están tratando y tirando al arroyo.

Con info de Ana Solís

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