Un día de Reyes diferente, pero muy feliz para los niños de la Infonavit Malanquín

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Antonio, Christian y Ulises se pusieron sus túnicas de colores, se colocaron sus barbas, sus pelucas, coronas y cubrebocas para dar vida a Melchor, Gaspar y Baltazar, los Tres Reyes Magos que cada año, sin falta, llegan a la colonia Infonavit Malanquín para alegrar el día más feliz de los niños: El día de los Reyes.

Esta vez, la celebración con más de 12 años de tradición y que inició Don Martín y Doña Adriana, los pilares de la familia Sanchez Gómez, hoy tuvieron una celebración un poco diferente pero igual de feliz para los niños.

Este año no hubo caravana, ni kermes especial con chocolate caliente, un pedacito de Rosca de Reyes y dulces para los chamaquitos y chamaquitas, hoy sólo pudieron ver a Tres Reyes Magos sentados en el portón de la casa en la avenida Colonial donde esperaron tomarse la foto para luego llevarse su regalo… y su recuerdo de un Día de Reyes muy diferente a otros.

Mariela Sánchez es otra más de las organizadoras de este festejo, quien hoy sabe que no fue de tanta felicidad como en otros años, por lo que pensaron en un festejo con Sana Distancia, sin aglomeraciones, en fila y de lejecitos.

«Cada 6 de enero hacemos una Cabalgata de Reyes Magos dando recorrido por las calles de la colonia y al término del recorrido damos juguetes, pelotas, dulces, rosca y chocolate calientito a cada niño que el día 5 (de enero) viene a dejar si cartita al famoso «Buzón de reyes».

«Solo que en esta ocasión lo realizamos de manera diferente, debido a esta situación que tristemente venimos atravesando, hoy solo llegaron a tomarse la foto y se les obsequió una pelota… Un festejo diferente al que siempre queremos, pero sí se pudo !!!

Antonio, su esposo y sus sobrinos Christian y Ulises se convirtieron una noche en Reyes Magos y posaron junto a 250 niños de la zona, además de que llegaron los integrantes de la Asociación Corazón Valiente para acompañarlos en su fiesta diferente.

«Fue un orgullo y felicidad poder brindar una alegría y sonrisas a esos pequeños. Esperamos que para el próximo año, Dios mediante, todo vuelva a ser igual…», concluye feliz Mariela.

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