Manuel Retana estudió en la Heroínas y la Leobino Zavala; ahora ayuda al mundo a estudiar el universo

Redacción

Newssanmiguel@gmail.com

SAN MIGUEL DE ALLENDE. – Te traemos un poco de la historia de Manuel Retana, el joven mexicano que está conquistando el mundo del espacio a través de la NASA y que su niñez y su adolescencia las vivió en San Miguel de Allende, estudió la primaria en las Heroínas Insurgentes y la secundaria en la Leobino Zavala Camarena, los de su generación seguro y lo han de recordar.

Comenzamos

Manuel nació en Tempo, Texas y a los dos meses de nacido su mamá se lo llevó a Durango Capital, donde duró hasta los seis años con una infancia bonita, muy estudioso desde chiquito, muy estudioso en su escuela, en sus ratos libres muy metido en los videojuegos, eran su pasión pero como niño él cumplía con sus responsabilidades.

Su estancia en San Miguel

Después a los seis años se trasladaron a San Miguel de Allende, Guanajuato, y como cualquiera empezaron desde cero, su mamá, Manuela Parra, siempre madre soltera, su papá medio les daba una ayudadita pero no como se requería.

Llegaron a San Miguel y montaron un restaurante y de ahí, Manuel y sus hermanos lograron entrar a la escuela primaria Heroínas Insurgentes.

«Me trajeron como un mes ahí en la heroínas de que no me daban respuesta, y yo le dije a la directora que me dieran la oportunidad, mis hijos son muy inteligentes, lejos de darles problemas en las escuelas les van a dar muy buenos resultados, porque él y su hermano más chico les gustaba mucho estudiar, y de ahí en un mes de lucha me los aceptaron y de ahí mi hijo comenzó a sobresalir en todo, al igual su hermano», platica Manuela, la mamá.

Una mujer muy luchadora para sacarlos a él y a sus hermanos adelante y que tuvieran una infancia muy bonita en San Miguel de Allende, los inscribió en Karate, los inscribió en clases de inglés, los tenía muy ocupados siempre en actividad para que se formaran bien, ya que ella se la vivía todo el día trabajando.

Manuel salió de las Heroínas Insurgentes con magníficas calificaciones, puro 10, sobresalió siempre. De ahí le tocó la mañana en la secundaria Leobino Zavala Camarena, porque no había para colegios pero el día que se graduó, fue a nivel nacional el estudiante número uno.

Y de ahí, a base de sacrificio su mamá consiguió una beca y lo mandó a la Universidad del Valle, donde a los dos meses se convirtió en presidente de la Asociación de Alumnos de la universidad. El joven iba super bien con una beca del 50%, después se fue a visitar a su papá en Forward, Estados Unidos, donde decidió quedarse a continuar sus estudios.

«Mi hijo sobresalió, ganaron un nacional su escuela que tenía 20 años que no ganaba nada la prepa de Forward, y por medio de mi hijo que llevó el Mariachi ganaron, y ya de ahí comenzó a darse cuenta la escuela que era un hijo dotado, que era único. Surgieron algunos problemas con su papá y le pedí a una hermana que estaba en las vegas que si me lo recibía, que no le iba a dar mucha molestia, entonces me lo aceptó y ya mi Manuel se mudó a Las Vegas, comenzó a estudiar robótica en sus ratos especiales, comenzó a sobresalir en Las Vegas en la preparatoria, ahí finalizó la prepa», detalla Manuela.

«De Las Vegas ya se trasladó a la Universidad de Rino, ya estando en Rino, como en la universidad comenzó llevando el Mariachi, fue Univision y me lo entrevistó, mi hijo fue el mejor estudiante de Estados Unidos, y de ahí a mi hijo le dieron una beca para el Reino Unido, y en el reino unido me lo nombraron a muy temprana edad ‘científico’, y ahí les daba pláticas a niños más pequeñitos, estuvo casi un año por allá y después se regresa a los Estados Unidos y sigue sus estudios y se gradúa en Rino Nevada».

Antes de que Manuel se graduara de la Universidad en Rino Nevada, un año antes lo invitaban a trabajar en la NASA, por lo que duró un año que puso pausa a sus estudios, después regresó y terminó, pero en la agencia de investigacion aeronáutica le exigían estar más preparado, por lo que buscó inscribirse en la Universidad de Stanford y lo logró, donde recientemente acaba de terminar su maestría.

Esta es la historia de Manuel, contada por su mamá, quien dice sentirse muy orgullosa tanto de él como de sus otros hijos, muy feliz de que hayan seguido el camino del bien y que en el caso de él, a muy temprana edad, a sus 25 años ya es un joven exitoso, que está dejando huella, y que espera que su historia motive a niños y a jóvenes a luchar por sus sueños.

Parte de la emergencia sanitaria el joven se la pasó en San Miguel, estuvo en casa con su mamá durante los últimos cuatro meses, y fue que apenas el día de ayer se fue a la ciudad de Durango.

«Disfruté mucho de tenerlo aquí conmigo, por lo de su trabajo en la NASA no puede seguido venir a verme pero él está pendiente de mí, ya por la noche me habla por video llamada», dijo Manuela.

Manuel y su Mamá en un restaurante de San Miguel
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