Redacción
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CELAYA.- Por los delitos de violación espuria y corrupción de menores de una Casa Hogar de Celaya, Juan Carlos, un hombre de 39 años de edad, fue condenado a pasar 152 años de prisión.
La Fiscalía General del estado logró comprobar que Juan Carlos abusó y violentó a las dos niñas que habitaban en un albergue, quien abuso de ellas durante mucho tiempo, comenzando con los tocamientos, exhibición de videos pornográficos, actos de contacto sexual y finalmente la relación sexual.
De acuerdo a la investigación realizada, las niñas tenían una estadía permanente en una Casa Hogar, mientras que el hoy sentenciado Juan Carlos “N”, de 39 años, laboraba como chofer y desarrollaba otras actividades por lo que estaba en contacto con las menores.
El acusado quedó al descubierto tras una denuncia hecha en el Ministerio Público, lo que dio origen a una carpeta de investigación por abuso sexual infantil. Esto involucró a un equipo multidisciplinario que intervino en todas las instancias, con la finalidad de acreditar los delitos.
Al tener conocimiento la Fiscalía General del Estado, a través de la Unidad de Atención Integral a las Mujeres, su prioridad inicial fue proteger a las menores agredidas y la Agente especializado del Ministerio Público activó los protocolos inmediatos para resguardar a las víctimas y brindarles asistencia integral médica y psicológica.
Al seguimiento del proceso por los delitos de violación espuria y corrupción de menores, se logró obtener un resultado en la audiencia de juicio oral a que fue presentado el imputado, donde el agente del Ministerio Público especializado en litigación acreditó los abusos y violaciones a las menores de edad.
Por lo anterior, Juan Carlos “N” fue sentenciado a 51 años de prisión por el delito de violación y 8 años por el delito de corrupción de menores en agravio de la primer menor, y a 85 años de prisión y 8 años, respectivamente, por ambos delitos cometidos en agravio de la segunda menor, lo que hace un total de 152 años de cárcel.
De esta manera fue castigado el abuso y desvío del sano desarrollo de dos menores de edad, quienes fueron manipulados sexualmente por un extraño.
