Balas y violencia en San Miguel de Allende arrebatan los sueños de la pequeña Aidé y su hermano, al emprender su propio negocio

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- En las calles empedradas de San Miguel de Allende, donde la belleza colonial se mezcla con el bullicio cotidiano, una tragedia ha dejado un rastro de dolor y tristeza. La pequeña Aidé, de tan solo 11 años, y su hermano Aldo, de 16, vieron sus sueños truncados por la violencia desatada en la ciudad.

Ambos fueron asesinados la tarde previa a abrir el local que con esfuerzos su familia les había ayudado a abrir porque hoy, justo hoy, abrirían el negocio de barbería y uñas.

La pequeña Aidé, fue quien pagó los «platos rotos». Ella tenía 11 años de edad y era la más entusiasta en emprender el oficio que por meses aprendió en la academia a la que fue a tomar clases.

Aidé era la alumna más pequeña de la academia en la que aprendió a poner uñas de acrílico y su maestra se mostraba orgullosa de lo que ese lugar había tenido.

«La más pequeña de mis alumnas, con todas las ganas de crecer y ser la mejor, inició a los 10 años, y ahora sabe que nada es fácil , que para todo lo que se quiere se requiere esfuerzo y algunas veces se estresa pero eso no es un motivo para rendirse, al menos no es una opción para Aidé. Felicidades eres mejor que nadie. #pequeñaniñaconnsueñosgrandes #uñas #exito»

 

Durante meses, Aidé se sumergió en el aprendizaje de un oficio que les apasionaba. Puntual y sin faltar un solo día, asistía a la escuela donde, con dedicación,  Aidé perfeccionaba sus habilidades para poner uñas… practicó por horas a pesar de su corta edad.

Este viernes 26 de enero sería un día especial para los hermanos, sería el día en que abrirían las puertas del negocio de sus sueños.

Desde los 10 y 15 años, respectivamente, ambos se prepararon para hacerlo , demostrando que la edad no era un obstáculo para seguir sus aspiraciones y contribuir al sustento de su hogar, donde el dinero no fluía con la rapidez que una familia necesitaba.

Sin embargo, la violencia incontrolable que afecta a San Miguel de Allende, Guanajuato, y el país en general, robó la oportunidad de ver florecer los esfuerzos y sueños de Aidé y Aldo. Las balas les arrebataron la vida en un acto de violencia que deja un vacío irreparable en la comunidad.

Descansen en paz la niña Aidé y su hermano Aldo, de San Miguel de Allende.

La partida prematura no solo es una pérdida para su familia, sino una tristeza que se extiende por toda la ciudad.

Que la memoria de Aidé y Aldo inspire a la comunidad a unirse contra la violencia que arrebata sueños y vidas inocentes, y que su historia sirva como recordatorio de la urgencia de buscar soluciones para frenar la espiral de violencia que afecta a tantas comunidades en nuestro país.

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