El primer paso en las tareas interminables de nuestro hábitat extraordinario

propósito de que en esta semana se cumplen 50 años de la creación de la Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y Sitios, conocida también como “La Carta de Venecia”, documento que a medio siglo de existencia es el fundamento de los trabajos de los centros e instituciones encargadas de la gestión y salvaguarda del patrimonio cultural mundial y por lo tanto adoptados por la UNESCO y por el Consejo Internacional de Sitios y Monumentos en nuestro país, el ICOMOS MÉXICO, desde luego, documento que también dirige las normas de instituciones gubernamentales federales, estatales y municipales directamente implicadas en la gestión de monumentos y sitios patrimoniales. Como decía, a propósito de este acontecimiento, quiero llamar tu atención, amable lector a conocer un poco este documento fundamental, a reflexionar sobresu implicación en nuestra casa local, nuestro hábitat, ponerlo en valor o valorarlo y compro entornos en nuestros actos diarios para contribuir a una mejor calidad de vida en la región de san Miguel de Allende, este espacio único, irrepetible, excepcional y extraordinario del planeta. La carta de Venecia fue el producto del segundo congreso internacional de arquitectos y técnicos de monumentos históricos, los caudales, ante el exceso de reconstrucción de monumentos y sitios europeos, después de la Segunda Guerra Mundial, actuó para frenar esta nueva forma de destrucción del patrimonio, igual o más perniciosa que el abandono. Este documento se firmó originalmente por doce países, México entre ellos, a través de la figura imprescindible en la restauración del orbe de Carlos Flores Marini. Reconocido por el propio arquitecto Flores Marini a través del INAH, hace unos días: “El texto sigue siendo preciso, incisivo y claro”, comentando que para Mexico, éste texto se adaptó muy bien para monumentos arqueológicos, virreinales y contemporáneos.

En su exposición de motivos, éste texto, adoptado por el ICOMOS a partir de 1965, hace énfasis en el valor del patrimonio de los pueblos del mundo a través del siguiente párrafo: Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad.

Conocer nuestro patrimonio para respetarlo, valorarlo para admirarlo y protegerlo. Gestionarlo para contar con sustento firme del pasado valorado que nos proyecte el futuro con mejor calidad de vida.

En este marco, investigadores de diferentes campos del conocimiento de la UNAM, están proponiendo acciones interdisciplinarias de investigación y acción para que se difundan proyectos sobre formas como el patrimonio cultural, natural y cívico conduzcan a horizontes de construcción social y creación de escenarios de futuros que conlleven el espíritu del lugar, privilegiando el espacio público, la diversidad,mel otro y la cultura. La facultad de psicología de la UNAM, tiene un canal de difusión de estos principios a través de su revista MEC – EDUPAZ. En esta, se plantean tesis que están siendo, cada vez más, la tendencia de trabajos interdisciplinarios en el desarrollo regional, tales como: sustentabilidad y sostenible dad, acompañadas de ordenamiento territorial, desarrollo regional integral, autosuficiencia y fortalecimiento local, manejo del tiempo libre, calidad de vida gestión y cooperación internacional, desarrollo de la persona-unidas-a culturas locales, y digitales y del cuidado, conservación y generación de valor agregado, derechos humanos y no violencia, gobernabilidad y cohesión, buscar la revitalización del espacio público, el diálogo con lo diverso, la recreación de estilos de vida y la necesaria significación de la diversidad cultural. Por qué no hacer todo esto posible en nuestra realidad local, ¿por qué no en San Miguel de Allende y su región?

Ante estas tareas interminables de nuestro hábitat, el primer paso es poner en valor nuestro patrimonio inmediato y regional, comenAr por nuestra mente y nuestro ser en interacción con este privilegiado sitio profuso en patrimonio natural, cultural y social extraordinario. Este es el primer paso, valorar lo tangible e intangible de nuestro fundamentó de vida a partir de la herencia milenaria y la propuesto de futuro sustentada en lo auténtico, único e irrepetible. Bajo qué guía podemos, y por que no, debemos comenzar, bajo los 16 artículos de la mencionada “Carta de Venecia”: www. icomos.org.mx/venecia.php . Hasta la próxima.

Previous Post
Next Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *