Un ‘amigo’ que tiene 85 perros y 17 burros vivendo en casa

Ana Luz Solís/ Carola Rico

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Si de historias de amor y cariño a los animales se trata, en San Miguel de Allende existe una tan grande que el protector no se conformó con 2 ó 3 mascotas para cuidar, sino que en su casa alberga a 85 perros, 17 burros, una borrega y decenas de golondrinas que hacen su nido en el patio de la casa.

Es la casa de Arno K. Nauman, presidente y fundador de la Asociación Amigos de los Animales, AC, una vivienda tan grande como el número de mascotas que todos los días visita, los hace correr, alimenta y los llama por su nombre.

Las instalaciones de su finca, al pie de carretera, están bien acondicionadas para recibir y permitir a los animales contar con espacio suficiente para desplazarse, sin los peligros que corren en la calle, sin un cuidado y atención. Los habitantes viven de tres en tres, se deben llevar bien y cada uno tiene su espacio para dormitar.

Sus platos de comida llegan a tiempo a bordo de una camioneta. Son 85 platitos de color plata, con huesitos y huellas de perritos como adorno. Hay de todos tamaños son el almuerzo y la comida y en cada uno de los espacios, siempre hay un botellón de agua purificada que sacía la sed de los perrunos huéspedes.

 

Amigos, compañeros

y familia

Arno K. Nauman tiene 80 años, es un alemán de nacimiento que creció en Chile, trabajó como Contador Público en Estados Unidos y decidió refugiarse en México, habla tantos idiomas como las nacionalidades que lo han adoptado (alemán, francés, inglés y español). Se casó alguna vez de la vida, pero eso no funcionó y decidió qudarse sólo con la gente que le ayuda a atender a sus huéspedes y lo más importante, sus peludos y ladradores amigos y compañeros.

Al llegar a la finca ubicada camino a Jalpa, sólo Cocoroco es el que camina por el frente del terreno, se puede ver desde la carretera. Él es el último burrito que llegó al lugar, lo rescataron cuando se encontraba amarrado a un árbol, con su patita sangrante; lo tuvieron que someter a varias curaciones para aliviarlo. Su dueña fue a reclamarlo, pero le dieron 300 pesos y ya no volvió más.

“Es hoy el más cariñoso y tierno entre todos los burritos que están en la finca. Se la pasa en la parte de enfrente del terreno; le gusta caminar por ahí”, dice Arno, orgulloso de su labor y de ayudar a animales en problemas.

Protector y altruista

El amor por los animales no lo pone en duda, por eso decidió hace 15 años crear una fundación que es hoy una de las más activas. Entre las primeras acciones que realizaron fue la concientización sobre los beneficios de la esterilización y el bajar los altos costos en las veterinarias o clínicas que realizaban dicha acción.

“Hace 15 años nadie esterilizaba, no existía ninguna asociación que se dedicara a esto, a bajo costo, sólo había lugares donde costaba muy caro, nosotros no sólo bajamos el precio de las esterilizaciones si no que dimos el ejemplo, y así obligamos a las otras instituciones veterinarias a cobrar un precio bajo razonable”, comentó Arno.

perritos

La Asociación Amigos de los Animales todos los días trabaja  por conseguir donaciones

para subsistir.

“En realidad estamos luchando todo el tiempo por donativos, pero hasta la fecha hemos tenido buenos donadores y hemos podido subsistir, alcanzamos a cubrir algunos de los gastos”.

Arno dice que nunca imaginó que su vida transcurriera entre mascotas y menos, entre 85

perros, 17 burros, borregos

y golondrinas.

“Yo no decidí mantener tantos animales, yo quería tener 20 perros como  máximo y ahora tengo 80 más 17 burros”, asegura mientras sonríe.

“La mayoría de los perros los he recogido en la calle y algunos bastante enfermos, la forma en que a veces se reciben a los animales es deplorable”.

Como buen contador, Arno tiene todo en orden y en hojas de balance enumera, nombra, coloca fechas, apunta edades, enfermedad que padecen, tratamientos y costos que llevaron cada uno.

Pareciera también una misión imposible saber el nombre de cada uno y no, Arno los llama a todos por su nombre: Manitas, Willy, Helen, Vaga, Francisca, Simón, Josie, Napoléon, Chola, Bruja, Fifty, Coco, Fifí, Peluso, Chuchina, Erika, Sooki y hasta Zsa-Zsa, son algunos de tantos. El perro de mayor edad tiene 14 años.

Los habitantes de la casa de Arno tienen veterinario de cabecera qu los visita cada dos semana o en caso de emergencia. Se les alimenta tres veces al día y los espacios donde descansan están perfectamente limpios y acondicionados para que no pasen ni frio ni calor.

En la Asociación de Amigos de los Animales cuentan también con una clínica que atiende toda clase de enfermedades a bajo costo y está  ubicada en la colonia San Rafael.

Arno ha demostrado que ama lo que hace, que lo que tiene lo destina a quienes dice, son sus mejores amigos y con los que quiere vivir lo que le quede de vida.

 

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